(Francisco Javier Zambrana Durán – Pabellón El Limón de Alhaurín de la Torre)
Un suspiro. Caen las gotas de esfuerzo por el relieve que marcan los pómulos del rostro. Solo hay que mirar al frente para que la adrenalina corra por nuestras venas. Al público jalea, hace que su competidor ponga su cuerpo al límite, justo al borde del colapso deportivo. Entonces ella mira al frente, casi igual que como él lo hizo hace unos minutos. Se centra en la barra, que ahora será parte de su cuerpo, parte de ella, de él, de todos. La mente, en blanco; los brazos, al rojo vivo. Aprieta los dientes, observa a su público, y un aluvión de dudas aparecen en su cerebro. La gravedad hace el resto y obliga a que dé todo lo que tiene en su interior, que es fuerza, que es corazón. Sin percatarse, el peso asciende, y orgullosa celebra. Es CrossFit, no una novela.
El Lauro Vetus Challenge celebrado este fin de semana en el Pabellón El Limón de Alhaurín de la Torre podría ser descrito de esta forma. Podría serlo desde cualquier punto de vista, sin importar el sexo, la preparación o la categoría. Y es que, todos y cada uno de sus participantes ha podido experimentar esa sensación de compañerismo en el momento de realización de su ejercicio.
No ha faltado ni una gota de humildad en una competición que el Club CrossFit de Alhaurín de la Torre ha organizado con una dedicación plena, ni tampoco ninguna de espectáculo. sus participantes, en su mayoría semiprofesionales de este deporte, han brindado a los más y menos entendidos en la materia una perfecta puesta en escena de lo que es el sacrificio. Desde pruebas simples que todos podrían realizar hasta algunas sobrehumanas, pasando por carreras en tiempos inimaginables para muchos atletas, o por Wods que requerían de una potencia física jamás vista por algunos han completado un cartel inaudito en el CrossFit alhaurino.

A causa de ello, los competidores han gozado de la motivación necesaria como para sobreponerse a las adversidades de la competición. Han superado anomalías de todo tipo, y se han podido alzar con la victoria aquellos que se encontraban en estado de gracia, llegando a convertir el Pabellón El Limón en un recinto a la americana.
Desde su comienzo hasta su colapso, no ha faltado ni un segundo de tensión, de disputa, de concentración y de aguante por parte de los que competían, que, más tarde, animaban a sus parejas, amigos o compañeros de Box. Si algo ha demostrado el CrossFit en Alhaurín este fin de semana ha sido su familiaridad y su ambiente de unión y mutuo esfuerzo. Porque cuando uno levanta, siempre otro le ayuda en la sombra, con sus gritos de ánimo, con sus aplausos, con sus consejos, con sus lecciones de amateur o profesional. Siempre le ayuda.
Quizá no muchos seamos capaces de tomar una mancuerna de kilo y medio y levantarla con ambas manos durante un número exacto de ocasiones, pero probablemente, tras esta experiencia deportiva, podríamos comenzar a planteárnoslo.
Fotografías realizadas por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).