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Inaugurada la audaz muestra del artista malagueño, abierta hasta el 2 de enero. El cromatismo y la fuerza de las formas destacan en una demostración de dominio de todas las técnicas, tan innovadora como académica

Anoche fue inaugurada la exposición del artista malagueño Luna Olivares, una muestra multidisciplinar que cautivó al numeroso público congregado en la sala El Portón del Área de Cultura por su poder visual, plástico y cromático y su amplísima variedad de matices. El joven creador, afincado en Alhaurín de la Torre, ofreció toda su producción más reciente, tan innovadora como clasicista, en una colección que combina escultura, pintura, fotografía y vídeo, realizada en los últimos cuatro meses. Su sorprendente «lectura estética de la Historia» establece con el espectador un diálogo nada pertubador, pero sí estimulante y sensorial y le seduce con su particular visión sobre diversos asuntos que rozan lo filosófico: la evolución, el papel e imagen de la mujer en el arte, la naturaleza, la mitología, etcétera.

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Su estilo navega entre el respeto a las formas academicistas, en lo escultórico, y el rupturismo modernista de las vanguardias del siglo XX, en la pintura y en el campo audiovisual, al más puro estilo de Rothko y Dámaso Alonso -su maestro y mentor, recientemente fallecido y a quien le dedicó su colorista serie de óleos de gran formato, llamados ‘Horizontes Imaginarios’- y, con respecto a la imagen en movimiento, al gran Eisenstein y al videoartista coreano Nam-June-Paik.

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Su riguroso dominio técnico no oculta un gusto por la creatividad propia y la espontaneidad que deleita al espectador en un campo en el que se mueve en su salsa,  la escultura. Su propuesta escultórica revela la inquietud personal y artística que le plantea la mujer, representaciones femeninas que abarcan diversas formas, desde su inspiración inicial en las primitivas Venus paleolíticas hasta referencias clásicas y vanguardistas como Rodin, Picasso, Botero o Miguel Ángel y profundas investigaciones sobre la anatomía y las proporciones, con guiños a Marilyn Monroe, a la maternidad y a una de sus pasiones: la astronomía.

En pintura exhibe un dominio técnico y una obsesión meticulosa por la luz y el cromatismo, claramente influido por el expresionismo abstracto del primer tercio del siglo XX, en unos cuadros que, además, ofrecen un maridaje perfecto con la blancura y aspecto diáfano de la sala de arte de El Portón. «Es una serie de óleos de la que me siento muy orgulloso», declaró el autor en la presentación.

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Sus tótems fotográficos, con detalles antológicos de las modelos con las que suele trabajar en estudio, y sus videocreaciones, auténticos viajes en el tiempo, que tienen a la naturaleza y a la mujer como ejes centrales con sugerentes piezas musicales, completan una sorprendente y audaz muestra multidisciplinar que exige más de una visita y más de dos, como indicó la concejala de Cultura, Isabel Durán.

En resumen, se trata de una muestra meta-artística que entronca con la mejor tradición vanguardista. Por buscar un símil fácil de ubicar, Luna Olivares se asemeja a aquella imagen corporativa de La 2 (segunda cadena de TVE) de los años 80 y 90, que gustaba de sorprender y guiñar a la historia de las Bellas Artes. Y, como colofón, hay que indicar que en varias de las obras de arte han participado simbólicamente los dos hijos del artista, Álvaro, de seis años, y Emilio, de tres.

La exposición podrá visitarse hasta el 2 de enero de 2015, de lunes a viernes de 10 a 13,30 y de 17 a 20 horas (lunes tarde cerrado) y los sábados de 11 a 14 horas.

 

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PRÓLOGO DE JULIÁN SESMERO CARRASCO, PERIODISTA Y AMIGO DEL AUTOR

Definir la propuesta artística de Luna Olivares resulta complejo. Resumir su visión del mundo a través de la pintura, la escultura y lo audiovisual sería reduccionista e injusto.

Por eso, he decidido ofrecerles esta cascada de sustantivos, adjetivos y sintagmas, sin hilo conductor alguno, para propiciar que cada pieza del puzzle se componga en sus propios cerebros… Porque si una cosa exige Luna Olivares es un espectador activo, un público crítico.

Leer estas pocas palabras, pienso yo, les aportará una levísima aproximación a la poderosa llamarada de colores, volúmenes y sonidos que nos trae Luna en su muestra. Pero, créanme: es una exposición que requiere más de dos visitas. Al tiempo. Que la disfruten.

Luz. Mujer. Mito. Color… Bofetada cromática.

Sugestión. Ensoñación. Civilización. Interacción… Sensaciones de vida.

Fertilidad. Venus. Tierra. Maternidad. Universo. Agua… La fuerza de la naturaleza.

Ver. Mirar. Observar. Telescopio. Espiar… Ser visto.

Vida bajo el cielo.  Lectura estética de la historia. Atrapar el tiempo. Capturar la imagen.

Paleolítico. Egipto. Roma. París. Costa del Sol. California… Marilyn.

Gestar. Seducir. Enamorar. Admirar… Evolución de 30.000 años.

Yeso. Madera. Óleo. Barro. Música. Fotografía. Hierro… Poesía plástica.

Matisse. Picasso. Rodin. Botero. Eisenstein. Nam- June-Paik. Rothko… Dámaso Ruano.

Artista estereoscópico. Multidisciplinar. Visión cuadrafónica. Sonido bifocal… Tecnoarte.

Sinfonía del color. Paleta afinada. Pincel expresivo. Enfoque con sabor a jazz….  

Visionario. Innovador. Ecléctico. Trovador del cromatismo. Modelador de sueños… LUNA OLIVARES.

 

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REFLEXIÓN PROPIA DE LUNA OLIVARES

Tras un pausa de algos años en mi producción artística, ahora sí puedo hablar de un regreso en toda regla. El encuentro y la pretensiones «a día de hoy» con la materia y el volumen es herencia y evolución de los mismos orígenes académicos de donde procedo; aunque en esta ocasión se produce, como yo mismo la auguraba, «con más sedimento», una técnica derivada de un dibujo más intencionado y preciso.

En pintura, añadir que igualmente se produce un encuentro muy satisfactorio con el color, donde éste muestra su cara amable, siempre pensé que el color por sí mismo era suficiente y esta muestra puede corroborarlo. Con la negación absoluta de cualquier carga narrativa, el tema desaparece por completo dejando a relucir solamente el color como único elemento expresivo, ayudando al espectador a proyectar una mirada sin distracciones, sin preguntas, sin dudas.

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Este colección de lienzos comenzada hace unos años y rematada para la ocasión, está influenciada a todas luces por el gran Rothko, y aquí tiene origen un gran deseo por mi parte, el de experimentar ampliamente en torno a este lenguaje y uso del color. Pero para esta ocasión, y primera muestra al público de la misma, la titularé «Horizontes Imaginarios», y está dedicada a la persona de D. Dámaso Ruano.