En una noche que debería haber sido de solemnidad y fervor, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Soledad de la Real Antigua y Venerable Cofradía de Los Verdes de Alhaurín de la Torre, se vio afectada por las inclemencias del tiempo. El agua bendita, en lugar de purificar, impidió la ansiada procesión.
Los hombres de trono, los cofrades y los músicos de la banda municipal se habían preparado con devoción para llevar a cabo el recorrido por las calles alhaurinas. Sin embargo, los cielos grises y amenazantes no dieron tregua. Minutos después de la suspensión oficial, la lluvia comenzó a caer, empapando las calles y los corazones de quienes esperaban con ansias la salida.
En este día grande para Los Verdes, queremos rendir homenaje a todos aquellos que conformaron el Viernes Santo. A los hombres de trono, a los cofrades, a los hermanos, a los músicos y a los grupos militares que acompañaron el cortejo. Pero también queremos destacar la valentía de los Caballeros de La Legión, quienes permanecieron firmes incluso con la lluvia mojando sus cuerpos y las calles.
Como tributo a su dedicación y fe, compartimos estos versos:
# Versos para los Héroes del Viernes Santo
En las calles empapadas de Alhaurín,
bajo un cielo que lloraba lágrimas celestiales,
los cofrades marcharon con esperanza,
sus pasos resonando en la lluvia.
Los hombres de trono, cargando su cruz,
con la fe en sus corazones como guía,
se unieron a los músicos de la banda,
creando una sinfonía de devoción.
Los vecinos, pendientes de la salida,
miraron al cielo con esperanza,
pero la lluvia no cedió, implacable,
como si el cielo también llorara.
Y los Caballeros de La Legión,
con uniformes empapados y mirada firme,
honraron la tradición y el sacrificio,
demostrando que la fe no se desvanece.
En este Viernes Santo lluvioso,
recordamos a aquellos que no se rindieron,
que mantuvieron viva la llama sagrada,
a pesar de la tormenta que rugía.
¡Bravo a todos los héroes anónimos!
Vuestra valentía y devoción perdurarán,
como un faro en la noche tempestuosa,
guiando nuestras almas hacia la luz eterna.
Que la lluvia no apague la llama de la fe, y que el próximo año, Los Verdes puedan procesionar con la solemnidad que merecen.