image

(Redacción) Damos la bienvenida a nuestra amiga y nueva columnista en el diario a Margarita Bokusu Mina, escritora, y colaboradora en algunas revistas y blog digitales de España y Miami.  Nos deleitara con sus narraciones sobre todo basadas en nuestra Málaga y por supuesto si aun no lo han hecho, recomendamos la lectura de su libro, Margarita y el Maestro «Historia de Vampir@s, Frankisteins y superheroinas de barrio»

Me presentaré: soy Margarita Bokusu Mina, aunque este es realmente mi seudónimo. Soy de Málaga, donde vivo. Me licencié hace poco más de diez años en Filología Inglesa y he trabajado como administrativa, teleoperadora y profesora, pero mis años cotizados no llegan a tres. 

También trabajé poco más de dos años en Londres, principalmente como acomodadora en el teatro Victoria Palace y llevo más de cuatro años desempleada, viviendo con mis padres, sin ningún tipo de ingresos, los dos primeros años dando clases particulares que me reportaban dinero de bolsillo, pero después nada… Bueno, en los cuatro últimos meses he hecho algo de ingresos: 84€ de la venta de mi novela «MARGARITA Y EL MAESTRO. Una historia de vampir@s, frankosteins y superheroínas de barrio» que usted también puede adquirir, por lectura y/o solidaridad, para ebook o en papel, desde http://bit.ly/10XMSJX

 frankosteinsventa

La historia de cómo surgió el escribir y publicar esta novela, así como un par de reseñas, algunas entrevistas y más se encuentran en mi blog de un solo post: http://margaritabokusumina.blogspot.com.es 

El caso es que a raíz de promocionar dicha novela, usando Internet, contacté con D. Ernesto Rodríguez, cubano afincado en Miami, editor de la Revista Guatiní que me propuso colaborar escribiendo artículos mensuales sobre mi ciudad. Mi primera entrega, sobre lo que para mí es, y fue, Málaga en julio y en agosto, apareció a finales de dicho mes (lo encuentran en mi blog), fotos hechas por mí. A finales de septiembre, aparecerá el siguiente texto, el siguiente artículo, junto fotos también por mí realizadas.

                 “MI MÁLAGA: SEPTIEMBRE 2013 UNO DE LOS MEJORES MESES PARA VISITAR LA CIUDAD

Querido lector, querida lectora,

Esta es mi tercera entrega a Revista Guatiní y ahora comparto con los lectores de Diarioalhaurin.com. Ya hablé de Mi Málaga en julio y en agosto. Toca hacerlo de Málaga en septiembre, uno de los mejores meses para visitar la ciudad, por aquellos que busquen tranquilidad, porque sigue haciendo un tiempo inmejorable pero ya no hay tanto bullicio, tanto “guiri”, como llamamos por aquí informalmente a los extranjeros que nos vienen a visitar y a los que han elegido la ciudad para vivir, entiéndase que los llamamos así no de forma despectiva. Puede que por el centro ya no vayas a encontrarte a los biznagueros, esos hombres, y alguna que otra mujer, que, en verano, cuando pasan por tu lado, te embriagan con el olor de las biznagas, esas flores, típicas de Málaga, hechas con jazmines. Tampoco olerás el dulzor de las damas de noche. Puede que ya, porque no es agosto, no tengas la oportunidad de encontrar por la calle de casi cualquier barrio popular, o en la misma puerta del Mercado Central o de otro mercado, a un señor que vende chumbos pregonando a los cuatro vientos: “gordos y redondos”. Pero septiembre es el mejor mes para tomar las auténticas uvas moscateles, de donde se saca el Vino Málaga, ese vino dulce, típico de aperitivos y postres, que, si visitas Málaga La Bella, como también se le conoce, no debes dejar de probar en una de sus viejas tabernas: Casa Flores, Quitapenas, La Campana o la mítica Casa del Guardia, con más de ciento cincuenta años.

felizsaenzPara acompañar a estas letras he elegido una fotografía de un edificio típico de la capital. Está en la Plaza de Félix Sáenz. Este edificio, al menos, está bien conservado, lo cual no le ha ocurrido a otros por, digamos, la dejadez de sus gobernantes o las ganas de especular con el patrimonio de la ciudad. Esto es algo que nos duele a muchos: ir por algunas calles y ver solares vacíos donde una vez hubo edificios que se fueron cayendo, o donde solo aparece la fachada apuntalada. Precisamente la otra fotografía que he elegido muestra en lo que se pueden convertir este patrimonio: en hoteles sin gracia ninguna en sus fachadas, en mamotretos que no buscan la belleza. Esta otra fotografía, si no fuera porque aparece el nombre de “Málaga”, lo mismo podía haber sido tomada en otra ciudad pero la he elegido porque me parece curioso ese movimiento de los coches y esa mujer mayor quieta, agarrada a una farola, esperando poder cruzar la calle, sin darse cuenta de que un elefante pasa tras ella. Esta fotografía la titulé: “No al maltrato animal”, pues si uno se fija, el elefante va sobre un camión como reclamo de uno de los circos que, de tanto en tanto, llegan por aquí.

Me gustaría aclarar que las dos fotografías no fueron tomadas en septiembre y eso cualquier persona que conozca el clima de esta ciudad lo puede apreciar por las vestimentas que aparecen, que son más de abrigo. Durante todo este mes se puede seguir yendo a la playa. Entre semana la vas a encontrar sin tanta gente porque mucha ha vuelto a sus ciudades, recordemos que Málaga es una ciudad turística, o a sus lugares de trabajo y que los estudiantes han comenzado el curso.

Cuando tengo la posibilidad  de hablar con un turista siempre le pregunto si ha visitado el centro de Málaga: su arteria principal que es la calle Larios, con su heladería “Casa Mira” de toda la vida, que termina en la plaza de la Constitución, con su café Central de siempre; si ha visto la alcazaba y, junto a ella, el teatro romano; si ha subido al castillo de Gibralfaro y se ha deleitado con sus espectaculares vistas de toda la bahía… Y también le pregunto si ha visitado algunos pueblos. Hacia el oeste: Torremolinos, que está a siete kilómetros de la capital, donde no hay que dejar de seguir, hasta el final, su Calle San Miguel para bajar por las escaleras que conducen a la Playa del Bajondillo y de ahí ir paseando hasta un barrio conocido como La Carihuela. Para mí, lo que son sus edificios, y su estética en general, se han quedado anclados en los años 70. Hacia el oeste también, un poco más lejos, está Marbella, con su precioso casco antiguo, pasando antes por la preciosa y empinada Mijas, famosa por sus burros-taxi y su ermita de la Virgen de La Peña, también tiene unas espectaculares vistas al mar, a Fuengirola y Mijas-Costa. Hacia el este, una preciosa excursión es pasar la mañana en una de las calitas de las playas de Maro, irse a comer a Frigiliana, por ejemplo sus típicas tortillitas, buñuelos, de bacalao con miel de caña autóctona, y por la tarde visitar las impresionantes cuevas de Nerja, para posteriormente pasear, por la noche, por este pueblo, sin olvidar su Balcón de Europa. Hacia el norte, en el interior, tenemos Ronda y su espectacular Tajo, la monumental Antequera donde, en las afueras, encontramos el impresionante Torcal y un monte que muchos conocen como El Indio, para darse cuenta de por qué, no hay más que verlo, pero cuyo nombre real es La Peña de los Enamorados, conozca su historia.  Vaya a Archidona con su famosa plaza y la entrañable historia que la une a Edimburgo (R.U.) por “culpa” de nuestros amigos los perros. Quien se atreva que vaya a El Chorro y haga El Caminito del Rey. Hay más pueblos dignos de ver, estos, diría yo, son los imprescindibles. Seguiré hablando de ellos más adelante. Ahora me despido hasta el mes que viene esperando algo que no he dicho antes, un poquito de “feedback”, es decir, me gustaría recibir su comentario, sea positivo o negativo pero siempre constructivo.

Un saludo.