(Francisco Javier Zambrana Durán – Alhaurín de la Torre)

Miguel vive en una de las callejuelas de Alhaurín. Desde adolescente expresa su odio hacia lo que no le complace, y su amor hacia lo que le llena. Es rapero, es un artista. Es cercano, sencillo, trabajador, especial, soñador. Informático de profesión, dedica muchas horas al ordenador, pero cuando el Sol cae, se adentra en su cueva, aquella que construyó el mismo piedra a piedra, y rima.

Entrevistamos a una de las personalidades artísticas del municipio, un representante de un estilo de música que ha evolucionado durante las pasadas décadas, pero que todavía no ha alcanzado su culmen. Pekado, como prefiere que le llamen, representa el movimiento malagueño de la libertad de pensamiento, de ser uno mismo.

¿A qué edad comienzas con la música y cómo es esa progresión?

            »Comencé con 14 años y tengo actualmente 33. Llevo más de media vida haciendo música, ya no sé hacer otra cosa. La evolución ha sido la natural de la persona. He madurado. Antes hacía las canciones típicas y combativas, lo que se hacía antiguamente. Creo que he ido madurando mucho, y hago otro tipo de música y otros estilos. La música se ha abierto mucho más y hay muchos géneros que se han fusionado con el rap.  Hago un poco de todo actualmente».

¿De dónde procede el nombre de Pekado?

            »Es porque yo soy un poco contrario a la religión. Me he criado en una familia religiosa, y también cuando comencé tenía 14 años. Ahora, si tuviera que elegir un nombre artístico, no cogería ese nombre. En ese momento lo escogí, pasaron los años y seguí con él, y dije, bueno si lo puse será por algo. No es por el odio a la religión, sino que me quiero desmarcar de ello, y por ello coloqué el nombre. Respeto todas las religiones, pero no me identifico».

Miguel mira al suelo de su estudio de música

¿Cómo es ese proceso de evolución de tu estilo de música?

            »Yo sigo haciendo rap. Antes era muy sencillo catalogar lo que era rap. Hoy en día es más complicado. La música no tiene nada que ver de una canción a otra. Es complicado encajonar hoy el rap en un estilo concreto. Yo hago rap porque rapeo, aunque también tengo mis estribillos cantados para dar variedad».

¿Qué tipo de rapero piensas que eres? ¿Tocas el amor, odio, sufrimiento?

            »Sí, suelo hablar mucho de mi vida personal. Tomo sentimientos personales. Me gusta hablar de cosas que siento porque así se transmite algo. Yo puedo inventarme una historia y ser muy bueno en ello, pero es mucho más fácil transmitir una vivencia real. Mis canciones siempre tienen un mensaje oculto para transmitir algo. No es simplemente un ‘‘yo soy mejor que tú y te vacilo’’, que también tengo algún tema de este estilo como la última que he sacado, pero no es lo que suelo producir».

La calidad en los videoclips es bastante alta. ¿Cómo se trabaja todo ello?

            »Tengo mi propio equipo, que soy yo y dos personas más: Viano y mi novia Karma. Somos nosotros, no somos más. Autosuficientes. Hemos aprendido por nuestra cuenta, y hoy en día hasta con los móviles se pueden grabar cosas geniales. No es nuestro caso, ya que disponemos de una cámara adecuada. Tenemos un slider, un dron, etc.

            La productora la hemos denominado Le Testament Films, y la discográfica, en este caso, es Le Testament Records. Podríamos contratar una persona que hiciera los videoclips, que seguramente lo haría mejor, pero no sería lo mismo. Quiero dejar una marca siempre para que sea Pekado cien por cien».

Pekado sonríe con su equipo al fondo

¿Prefieres el retoque de la voz en tus canciones o apuestas por lo puro?

            »Mis canciones tienen retoques. Es como todo. No hay que avergonzarse de ello. En una película siempre existen retoques. En mi caso retoco los estribillos porque no soy un gran cantante; rapeo mejor que canto. Igualmente, aunque cantara bien, también colocaría retoques. El efecto suelo utilizarlo en ciertas canciones, no generalmente, ya que no concuerda demasiado bien con mi voz».

¿Qué artista te inspiró a seguir sus pasos?

            »Cuando empecé quería ser como Eminem, pues era mi época. También coincidí con 8 millas, que salí del cine y quería comerme el mundo. Sin embargo, no pasó demasiado tiempo para darme cuenta de que tenía que crear mi propia identidad y mi propio estilo, no ser como otro. No tengo muchos ídolos. Si hay gente que me inspira y que sigo, pero no llego a idealizar a alguien y querer ser como él».

¿Qué rentabilidad obtienes con tu música?

            »Actualmente, Spotify es el que mejor paga. YouTube siempre va a ser una de las que mejor se nivela, pero no soy rico. De momento no puedo vivir de esto. La música no genera ni para cubrir gastos. Tengo mucho dinero invertido en material, para montar el estudio, drones, cámaras, etc. Se recupera un poco, pero no el cien por cien, al menos en mi caso. Conozco personas que tienen su sueldo, que no viven en mansiones, pero que se mantienen.

            La venta de discos no existe. El formato físico está muerto desde hace bastante tiempo, y yo siendo informático, conozco perfectamente que no hay discos en ningún lado. Suelo regalar los discos, aunque también vendo. Del último saqué 100 copias, y se vendieron 70, pero las personas que lo compraron eran gente muy cercana y allegada. Mi música está gratis en cualquier lugar, así que imagino que podrán descargarla sin problemas y sin necesidad de ello».

Los discos y parte de su equipo expuestos en su estudio

¿Tienes planteado realizar actuaciones próximamente?

            »El próximo concierto que tengo es en octubre en Málaga con un artista llamado Shé. Los conciertos que he tenido los hemos organizado nosotros, sin cobrar apenas. Lo mejor es organizarlo tú, y si hay beneficios o pérdidas, son tuyas. No se gana demasiado, sino que es más por darte el gusto por lo que lo realizamos. Los conciertos son fiestas para nosotros. Para el último concierto fuimos 120 personas y recuperamos el dinero.

            No hacemos giras, lo máximo en Andalucía, por Cádiz o Granada, o si sale algún festival. En general no me he hecho rico haciendo conciertos».

De cara al futuro más próximo, ¿qué objetivos tienes?

            »Mi futuro más próximo es el estudio. Es mi sueño ganarme la vida con el estudio, ya sea mezclando instrumentales de otros artistas o canciones, o la realización de videoclips. En un futuro me gustaría hacer un cortometraje, debido a que el tema del cine y las cámaras me encantan».


Imágenes tomadas por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).