Tanto para los más pequeños como para las personas adultas, mantener una buena alimentación basada en comer todo tipo de alimentos contribuye a que se tenga una mejor salud y una dieta equilibrada, repercutiendo en que el organismo funcione adecuadamente.

La mayoría de enfermedades suelen aparecer en edad adulta, por ello, es recomendable durante toda la etapa de la vida, alimentarse bien y mantener unos hábitos buenos para reducir la probabilidad de que, a la larga, aparezcan problemas como la obesidad o diabetes.

¿Qué significa tener una alimentación saludable?

Además de comer de todo, la alimentación saludable hace referencia a aquella que logra satisfacer todas las necesidades nutricionales del organismo, proporcionando así un mejor desarrollo.

Es de vital importancia inculcar estos valores a los más pequeños de la casa, cuanto antes empiecen a emplear pautas alimentarias, más seguros y felices estarán consigo mismo.

Esto no significa que únicamente haya que comer verduras o frutas, se puede comer toda clase de platos, siempre y cuando se tenga en cuenta la variedad. Por ejemplo, existen muchas recetas de sopas que se pueden preparar y que proporcionan todos los nutrientes necesarios para el día a día.

En el caso de que se esté llevando a cabo una dieta especial, existen tres objetivos fundamentales que contribuyen a que el control metabólico esté más desarrollado y se consigan los objetivos fijados. Son los siguientes:

Enseñar desde el primer momento sobre los alimentos imprescindibles en cualquier alimentación.
Apreciar toda clase de diferencias alimentarias.
Que los objetivos de la dieta estén al alcance de la persona que la realiza.

En el caso de que se trate de un niño, son los padres los encargados de que la comida esté adecuada a la dieta, así se puede disfrutar de todo tipo de alimentos y la gran variedad que existe en su preparación, como el agua de frutas en los meses donde más calor hace.

Consejos para enseñar una buena alimentación a los más pequeños de la casa

Lo primero que hay que tener en cuenta es que los niños se encuentran en continuo aprendizaje, por lo que no es de extrañar que imiten las costumbres culinarias de cada familia. Si desde el primer momento se le enseña sobre los hábitos alimentarios saludables, ellos mismos lo practicarán sin darse cuenta.

Se debe enseñar que el número de comidas al día deben ser entre 5 y 6 (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena), siendo el desayuno el más importante del día, ya que aporta la energía necesaria para ir al colegio (o al puesto de trabajo en caso de los adultos) y realizar tu labor diaria de la mejor forma posible.

El pescado es uno de los grandes desaparecidos en la mayoría de familias. Al ser una de las mayores fuentes de proteínas de alta calidad, con minerales y vitaminas, es necesario comerlo, como mínimo, dos o tres veces por semana.

Una buena alimentación puede influir en que tu hijo se desarrolle mejor y consiga todos sus objetivos de una forma más sencilla. Inculcarle los valores desde el principio es la mejor forma para conseguir sus metas.