Un otoño más está en la puerta
llamando sin cesar a mis cristales
sus lágrimas los besan dulcemente
ayudadas por el viento de la tarde.
Y las aves viajeras se preparan
para emprender ese largo vuelo
en busca de tierras más templadas
para pasar en ellas el invierno.
Pues saben que el invierno llegará
cubriendo de blanco las montañas
y los árboles desnudos quedarán.
Y el rojo cobrizo de sus hojas
un tapiz en el suelo está formando
tan, mullido, cálido y hermoso
que la vida debajo, está gestando.
Mas, de nuevo volverán en primavera
para volver al nido que dejaron
para criar de nuevo a sus polluelos
y luego, en el otoño abandonarlo.
Esperanza Mena