(Por La Novia Roja de la Prensa) Alfonso Serrano Sánchez-Capuchino, Secretario General del PP de Madrid y Senador en las Cortes Generales de España, calificó de “gentuza” a las personas que se manifestaron el pasado domingo en Madrid contra el GENOCIDIO y a favor de la PAZ en Palestina, provocando la cancelación de la etapa final de la Vuelta Ciclista. Y no fue el único. José Luis Martínez-Almeida, también se sumó a esta visión, defendiendo que “gentuza” es un término adecuado para describir a los manifestantes: “No es un calificativo alejado de la realidad”, espetó con su característico tono rancio.

A veces me pregunto si los políticos del PP son elegidos en una sala de bingo: aquellos que se apunten y hagan línea; serán concejales o alcaldes, y quienes canten bingo; senadores o diputados. O quizá, los partidos los crían en cautiverio y luego los sueltan en campaña.

Cada insulto que recibimos es un diploma de dignidad para quienes nos alzamos al grito de GENOCIDIO. Si “gentuza” se refiere a quienes apoyamos a los indefensos, a niños y niñas, a la población civil que no tiene culpa alguna, entonces sí, soy gentuza, y lo llevo con orgullo. Ustedes, en cambio, son unos miserables. Tengo buena memoria: recuerdo cuando niños y niñas vascos fueron atacados con piedras en Madrid… Los del PP harían bien en guardarse sus discursos sobre dignidad. Porque gentuza no es quien se rebela, sino quien se arrodilla ante el opresor con mucho gusto.

Lo que está ocurriendo en España es que el pueblo ha despertado ante el GENOCIDIO, y no podemos aceptar que haya víctimas de primera y de segunda clase. Cuando Rusia invadió Ucrania, se expulsó a sus deportistas de todas las competiciones, y en Madrid se permitió el uso de banderas ucranianas en las escuelas. Pero ante este genocidio, la derecha hace como que no ve, mirando con el ojo más sucio, hipócrita y corrupto, sin ninguna vergüenza al apoyar a los asesinos de inocentes. Cuando todo esto pase y se vea con perspectiva, a ver cómo lo justifican, porque sus argumentos actuales dan auténtica vergüenza, son propios de personas con graves trastornos mentales.

Pero, de verdad, GRACIAS por llamarnos GENTUZA, no cualquiera puede lograr que un insulto tan básico se convierta en una obra sublime del Arte de la Dignidad. Es casi un honor recibir semejante distinción de maestros del ingenio.