260920132210 [640x480]Queridas lectoras, queridos lectores,

Agradezco el volver a encontrarme con ustedes. Este es mi décimo artículo, de fin de semana, para Diario Alhaurín. Llevo, por tanto, unos dos meses y medio por estos lares.

Saben que mi seudónimo es Margarita Bokusu Mina, es decir, no es mi nombre real. Utilizo seudónimo porque me gustaría que mis novelas y mis fotografías fuesen arto conocidas pero no mi persona. Cuando he fantaseado sobre convertirme en una escritora de renombre me he imaginado como una Banksy de la literatura (Banksy es ese cotizado ‘graffitero’ del que no se conoce su rostro) o como cualquier artista que desea permanecer en el anonimato a cambio de que su obra sea reconocida ampliamente. En el campo de la literatura se me viene a la cabeza el autor norteamericano Thomas Pynchon que no concede entrevistas ni jamás ha sido fotografiado, bueno sí, una vez, saludando desde la puerta de su casa, pero solo se le ve el brazo y parte del cuerpo, la cara no.

Quede claro que aún no he conseguido ni una cosa ni la otra, o sea: ni que mi primera novela se esté vendiendo como rosquillas, ni que yo pueda quedarme en casa escribiendo tranquilamente sin pensar en entrevistas o presentaciones. Cuando escribo estas líneas es cinco de noviembre y sé que el próximo treinta he de dar la cara pues tendré la sexta presentación de mi novela, en estos ocho meses de intensa promoción a través de los medios que dispongo (Facebook, Twitter y mi blog), a las nueve de la noche, en Queda té Tetería Tapería, sita en C/Kafka 6, zona de Teatinos. Estaré acompañada por mi amigo Jesús a la guitarra flamenca y, como siempre, llevaré ejemplares por si alguien se anima a apoyar, como mejor se puede hacer, a esta escritora independiente. En el siguiente enlace: http://bit.ly/10XMSJX también se pueden conseguir, para libro electrónico o en papel. Les recuerdo que llega a cualquier lugar del mundo.

  A continuación voy a recordarles cuál ha sido el proceso que me ha traído hasta aquí, así como los motivos por los que escribo y por los que deberían leer mi novela, amén de los objetivos que persigo con la misma.

A los tres años mi madre ya me había enseñado a leer, así que desde esa fecha se me inculcó el hábito de la lectura. A ella siempre la recordaré con un libro entre las manos, sobre todo el de algún gran novelista del siglo XX, algún que otro clásico o uno de historia. Los demás miembros de mi familia también son grandes lectores, pero ella la que más. De la primera autora que leí más de una novela, siendo una niña, es Agatha Christie. A voz de pronto, de otros autores, y en fecha más reciente, de los que no se me olvida haber leído más de un libro son: Paul Auster, Isabel Allende, Tom Sharpe… Con este último autor me he reído sobremanera leyendo las aventuras de ese personaje que aparece en más de una de sus novelas: Wilt. Como ven, soy ecléctica a la hora de elegir lecturas. En su momento, pasaron por mis manos: Jean Genet, Jesús Ferrero, García Márquez… y tengo pendiente leer más de Margaret Atwood o Bukowski, sin ir más lejos.

A los trece años un profesor de literatura, estaba en primero de B.U.P., pidió a su grupo de alumnos que escribiéramos un relato. Lo que escribí le gustó tanto, aunque le faltaran muchas tildes, que lo comparó con “La Historia Interminable”, de Michael Ende, faltaban unos meses para que la película llegara a nuestro país. Cuando mis padres se enteraron, no dudaron en regalarme el libro y, a partir de entonces, una agenda que le daban a mi padre en su trabajo, por navidad, la convertía en mi diario, esto ocurrió año tras año durante lustros.

La vida también hizo que desarrollara el gusto por la escritura porque era la única forma que tenía de comunicarme con amigos y amigas que venían a Málaga de vacaciones. De esta forma, a algunos, los mantuve mucho tiempo, y a unos pocos hasta el día de hoy.

Alrededor de los veinticinco años, dos encuentros hicieron que subiera mi autoestima con respecto a mi escritura y surgiera la idea de escribir una novela, hecha y derecha. El primer encuentro fortuito fue con el miembro fundador de un grupo de teatro, conocido a nivel mundial, al que también le gustó las fotografías que le enseñé de las obras de papel maché y cerámica de mi hermana, que también dibuja muy bien (en este sentido, para que se hagan una idea, es una especie de Tim Burton). A este señor le gustaron las fotografías, digo, no solo por el contenido sino por el continente, y dejémoslo estar. El segundo encuentro fue a través de un concurso de RNE (Radio Nacional de España), en concreto de uno de los programas de Radio 3, donde se pedía que describiéramos las diferencias entre un joven español y uno europeo. Este es un tema que tocaba, y sigue tocando, mi fibra sensible, no solo por todo lo que podamos conocer de oídas al respecto, sino porque lo he vivido en mis propias carnes: viví en Londres más de dos años. Así que solté una buena parrafada que atrajo la atención del locutor de turno y nos mantuvo, unos meses, en contacto. Desde estos dos encuentros, ya digo, comencé a pensar sobre lo que trataría mi primera novela e incluso pensé en su título: “MARGARITA Y EL MAESTRO: Una historia de vampir@s, frankosteins y superheroínas de barrio”. 

Tuvo que pasar poco más de una década para que me decidiera a escribirla. Ocurrió un día de verano del 2008 y la terminé a comienzos del 2009. Desde entonces la fui repasando y no dejé de escribir casi compulsivamente, era una necesidad. La presenté a algún concurso y a alguna editorial. No a todos los que me hubiera gustado por falta de recursos económicos ya que, a partir de esa fecha me quedé sin trabajo, y así sigo, a pesar de estar licenciada en Filología Inglesa, tener experiencia como profesora, administrativa, teleoperadora… y cursos relacionados con la docencia, la imagen (operadora de cámara, ayudante de realización y producción), incluso con la jardinería y la agricultura ecológica. Seguí evolucionando como escritora, repito, durante estos cinco últimos años y, de hecho, me gustaría publicar mi segunda novela a finales del 2014. Ya la tengo dada de alta en el Registro de la Propiedad, se titula “GENES” y tiene la misma estructura que la primera, la misma extensión y casi los mismos personajes. Sí, estoy escribiendo lo que podríamos llamar una saga.

Unas pocas editoriales, en referencia a mi primera novela, me contestaron animándome a continuar escribiendo pero no publicándome porque, dijeron, la temática se alejaba de lo que ellas tratan, o trataban. Así que a principios de este 2013 se me ocurrió, para darla a conocer, publicar tres o cuatro páginas diarias en Facebook. A la semana recibí un mensaje de una persona que quería leerla completamente, a su ritmo. De esta persona solo sabía que es un licenciado en Filología Hispánica y profesor de español para extranjeros. D. L. son sus iniciales. A los pocos días me dijo que ya había llegado a su fin y que no debía darla de manera gratuita sino que la publicara, que él me haría una reseña porque se dedicaba a ello también, aparte de ser crítico musical en la revista Rock in Spain. La publiqué en la editorial on-line Bubok y D. L., bajo su modesta opinión, la comparó con un Bukowski y con la película-documental de Lars Von Trier “Dogma 95”. A mi amigo Jesús también le evocó un cineasta, entre otros artistas: Ken  Loach. Otras personas encontraron amor y humor en mis palabras, otras un paseo por diferentes ciudades, entre ellas Málaga. Es un texto sencillo, directo, sin aparente esfuerzo estilístico. Lo último, por ahora, que han escrito sobre él es esto: “En su discurso, que invito al lector a descubrir,  se produce, un  desdoblamiento de la comunicación literaria en los diferentes canales, que acaban por desembocar en la diversificación del plano narrativo, «desencajándose» y abriendo nuevos espacios y posibilidades para trasladar el mensaje. Se realiza una amplificación de dichos canales, en una interconexión de discurso indirecto-directo hacia distintas direcciones interlocutoras con destinos y orígenes distintos, que tienen como eje común, y de unión, la literatura en su acto comunicativo, produciéndose un interesante fenómeno «virtual-realista» de abstracción. De esa forma, Margarita Bokusu Mina, nos ofrece una manera contemporánea y vanguardista en su  planteamiento de la narrativa.” (Antonio Jesús G. M.). Casi “na”. 

Con más detalles pueden encontrar todo lo que ocurrió desde ese primer empujón hasta esto que ahora leen en mi blog:

 http://margaritabokusumina.blogspot.com.es

Los motivos por los que escribo son varios, resumiendo: es una de mis formas de expresarme artísticamente, de desahogarme y de comunicarme.

Los objetivos que persigo con mi novela son el entretener, el que el lector/la lectora se evada de su realidad y se implique con las diferentes realidades de los personajes (cosa que, a decir de algunos, consigo) y también, por ejemplo, que aquellos que no entienden cómo una persona cualificada puede no encontrar nada en lo que desarrollarse económicamente lo tengan claro.

 Hasta el próximo “finde”.