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(Daniel Gándara)   Se suele decir que la historia es cíclica, que se repite una y otra vez, de forma quizás más sutil y con medios más avanzados, pero en esencia retornamos a las mismas situaciones que se vivieron hace mucho tiempo.   Si retrocedemos 76 años, nos encontramos con la firma del Acuerdo de Múnich en el que Reino Unido y Francia le daban a Adolf Hitler el control de la República Checa, sin preguntar a los checos sobre su futuro y anotando una victoria sobre el totalitarismo.   Hoy, marzo de 2014 la historia se repite, de nuevo un totalitarismo vuelve a echar un pulso a la democracia y, de nuevo, los que defendemos la justicia y la libertad, vamos perdiendo.   Rusia ha ocupado la región ucraniana de Crimea, ha atacado a un pueblo que ha luchado con sudor y sangre tener democracia, ser libre y estar en Europa. Pero ahora, esa Europa, que ha visto como muchos ucranianos daban la vida buscando un futuro mejor para las próximas generaciones, les da la espalda cobardemente.   La UE, los Estado Unidos, y la OTAN se enfrentan a uno de los mejores estrategas que preside un país a día de hoy, Vladimir Putin, con amenazas destempladas y sin ser capaces de dar una respuesta firme, y este, sabiendo de nuestra debilidad, ataca a un país estratégico.   Volvemos al 1938, cuando, Hitler pretendía anexionarse los territorios donde la población alemana fuese importante. Hoy, Putin trata de anexionar, con el mismo pretexto de la mayoría étnica, una región de Ucrania de forma ilegal, mientras el resto del mundo mira sin atreverse a actuar y sin ser conscientes de que la injusticia llegará hasta donde los justos se lo permitamos.   Pero, usted se preguntará ¿y todo esto en qué me afecta a mi?   Nos afecta a todos, y nos afecta porque estamos en manos de gobiernos débiles, que cuando un régimen excluyente y cruel como el que gobierna Rusia desafía a un país luchador como es Ucrania, optan por mirar a otro lado. Nos afecta en que nuestra Unión Europea, la cual nos ha impuesto la austeridad y no nos aporta soluciones para la presión inmigratoria en Ceuta y Melilla, no puede ponerse de acuerdo para plantar cara a un poder que rivaliza con ella y que cada cierto tiempo corta el gas a media Europa.   Después de leer esto, la pregunta que me gustaría que se plantearan es ¨¿qué puede hacer yo?¨. Es muy sencillo: Tenemos que ser más exigentes con nuestros gobernantes, necesitamos líderes que sean verdaderos estadistas, muy muy muy ambiciosos para su país y bien preparados, que tengan un proyecto para nuestro país y sepan dónde quieren llevarnos.   En definitiva, tenemos que saber elegir, si no, lo pagaremos nosotros, pero también gentes que han luchado mucho por su libertad.   -Daniel Gándara (UPyD Alhaurín de la Torre)