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Pues parece que Dios le abre las calles pero literalmente.
No debería ser malo salvo cuando la apertura es a ras de suelo. Y claro que mejor forma de empezar un domingo festivo con tantos eventos programados que en la urgencias del Clínico por culpa de esa alcantarilla misteriosamente abierta por la divinidad de las inclemencias.. quien sabe. 
En fin.. como dice el dicho.. yeso y agua y cuidado por donde pisáis… el destino divino puede ser cruel.