(Jmm Caminero) Al mediodía, esa mitad del tiempo de cada día, el de Portoplano frente a su plato de comida, pensaba y repensaba. Y se decía a si mismo, mis palabras no tienen eco en otras personas, mis colores-formas-imágenes no son aceptadas por otros seres humanos. Me he pasado toda mi existencia buscando palabras más correctas, dibujos más verdaderos. Y me temo, que todo será perdido o destruido, me temo que todo se irá destruyendo con el tiempo…

– ¿Por qué una persona siente y se siente que ha fracasado en la vida, o que ha fracasad en tal o en cual tema o cuestión…?

– ¿Qué hacer cuándo una sociedad, en parte, está lleno de inquinas, rencores, heridas, traumas debido a razones históricas sucedidas hace décadas? ¿Qué hacer para curar esas heridas, traumas, sufrimientos, angustias, penas que han ido heredando una generación tras otra, a nivel familiar, pero por lo general, solo la opinión de una parte, no de las demás partes…?

– Existen traumas personales, pero también algunos familiares que se van transmitiendo de generación en generación, y también traumas colectivos, que algunas partes o grupos o colectivos de la sociedad heredan o sufren, incluso traumas sociales o de la sociedad, que gran parte de esa sociedad, los sufre… ¿Cómo curar todas esas heridas, traumas, desalientos, sufrimientos, angustias, para que no se transmitan de una generación en otra, y haya peligros de que se vuelvan a repetir, de otra manera, de otra forma…?

– ¡¿Qué hacemos de nosotros mismos, tengamos unas circunstancias o tengamos otras?!

– El ser humano tiene como una triple área de certezas, unas, las que les vienen del saber ortodoxo, otras de la experiencias y vivencias y sus interpretaciones; una tercera, de las creencias de todo tipo. Todo ser humano, sea cual sea su circunstancias, tiene que analizar y ponderar de verdad cuales son sus creencias, porque éstas les llevarán hacia un lado o hacia otro…

– La mayoría de personas humanas, piensan que todos los enunciados o juicios o conceptos en los que cree, son verdaderos, pero olvidan que la mayoría son creencias, una parte de ellos y una parte de cada uno, son demostrables, pero otra parte, son una mezcla de opiniones, creencias, experiencias que solo hasta un grado relativo están demostrados.

– Cada día, en distintas ocasiones optas por el bien o el no bien, el bien o el mal, sea en forma de palabras, de deseos, de intenciones, de actos. Este es el gran negocio de los seres humanos, ir optando por el bien o por el mal, poco a poco.

– Pocos hablan hoy del bien y del mal, salvo cuándo indican que cada uno puede hacer lo que quiere, a lo máximo con el límite de la ley jurídica y un cierto sentido común y de la prudencia. Pero el error es no ser conscientes, que además de la racionalidad humana, de la ley jurídica, de las costumbres sociales existen la moral y la ética. Los humanos han creado o inventado o descubierto varias éticas y morales, y en cualquier tema, varias posibilidades. Pero no todas las posibilidades son exactamente, ni igualmente ciertas, verdaderas y morales.

– Hay muchos días que sientes, soportas, vives, percibes que la mayoría de los seres humanos, no tienen una moral mínima, ni en la teoría, ni menos aún en la práctica. Cada uno se salta la norma o clase de norma que cree conveniente, sea por unos motivos u otros, unos caemos en la lujuria o en la avaricia o en la gula o en la pereza o en la vanidad o en la soberbia o en la envidia. O en varios de estas realidades… ¡Y el mundo se complica a y en todos los sentidos exponencialmente! ¡Es como si uno caminásemos con tres ojos, aquellos otros con dos bocas, los de allí con cinco orejas…!

– Debo confesar que durante muchos, muchos años, pensé que podría ocupar un pequeño lugar en el mundo cultural de la literatura-filosofía-arte plástico. Debo confesar, que he pensado y creído que abría nuevos campos y mundos en el mundo de la literatura-filosofía y del arte plástico. Debo confesar que todavía hay momentos que lo pienso. Pero debo confesar que ante los reiterados fracasos, una y otra vez, durante décadas, debo confesar que he fracasado como pensador-filósofo-escritor-autor plástico. Debo aceptar que el trabajo realizado debe ser mediocre. No puede ser, que después de enviada, gran parte de la producción cultural, de una manera u otra, durante lustros, a miles de personas y entidades, y todas o casi todas contesten con el silencio. No puede ser que todo el mundo esté en el error, y yo solo en la verdad. Debo aceptar el veredicto de la realidad, soy un mediocre con una mediocre obra en literatura, en filosofía, en arte plástico.

Hoy, el de Portoplano no había a endurecer sus oídos en las riadas de alquitrán de su pueblo. Hoy, por cansancio o agonía interior de tanto buscar, se había quedado en el silencio y resilencio de la penumbra de su morada. Hoy, el de Portoplano estaba realizando esfuerzos, sin nombre, para intentar recaminar por el interior de su ser en el exterior de su ser, una naturaleza en la Naturaleza.

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Fin artículo 1.821º: “Proverbios XIX de Juan de Portoplano”.