(Jmm Caminero) Pueden existir miles de modos de clasificar, concebir a los seres humanos por características o variables, una de ellas, la lectura de libros y qué libros y cuántos.

Podríamos dividir-clasificar-taxonomizar a los seres humanos siguiendo docenas de miles de criterios-variables-ponderaciones, y dentro de cada una, sea el criterio que sea, existiría una escala. Pongamos el caso, de los comedores de helados o los que se bañan en la playa. Existirían humanos que no le gusta una cosa u otra, y, dentro una escala, que podríamos formalmente dividir en una escala del cero al diez. Nos encofraríamos aquellos que estarían en la escala de tres o cinco o nueve en la degustación de helados, o en el asistir a la playa, en comer huevos, aplicado en cada uno de los aspectos de la realidad humana. Miles, docenas de miles, cientos de miles.

No todos los seres humanos, diríamos que tienen experiencias de todo. Pero todos, podríamos indicar, que tienen una posición, teórica o real sobre cualquier cuestión humana, haya tenido tiempo o experiencia o posibilidad de realizarlo. Muchos no habrán realizado vuelo sin motor, pero todos tendrán un pensamiento sobre él. Lo harían o no, mucho o poco, si pudiesen o tuviesen posibilidad.

Esa multiplicidad humana de actos y actuaciones, teóricas y prácticas, es lo que crea la enorme riqueza de la interpretación humana del mundo. Nos hallamos enfrente de un ser, que sus pautas, internas y externas son enormemente diversificadas. Esas que se perciben desde fuera. Las que cada uno realiza en su castillo-casa-hogar de muros adentro. Esas muchas nos quedan en la ignorancia. Quizás, quizás muchas ni siquiera sabemos si existen. Suavemente, si alguien a las seis de la mañana toma unas aceitunas bañadas en un moscatel dulce.

La diferencia de pensamientos-ideas-conceptos-enunciados entre unos seres humanos es o podría ser, quizás tantas como especies vivas existen en este planeta. Entre todos, evidentemente. Unos, tendrán unas concepciones en unos campos y otros en otros. Aquellos en tal parcela. Hemos creado una enorme riqueza de ideas, de actos, de emociones-sentimientos-afectos. Aspecto de la realidad que deberíamos mencionar. Y, así ya tenemos, no el mapa completo de la diversidad humana, interna y externa, pero tres de las grandes áreas, el mundo irracional de las pasiones-deseos, el mundo semiracional, de las emociones-afectivos-sentimientos, el mundo racional, de las ideas-conceptos-enunciados, y, el mundo de los actos-actuaciones, que combinan un matrimonio-hibridaje-síntesis entre el mundo de la realidad exterior, y estos tres ámbitos anteriores.

Existe otro mundo, el de las palabras. También encontraríamos multitud de diferencias y clasificaciones, según el número de palabras-términos-vocablos que cada sujeto realiza, según qué temática, cuántas palabras conoce y entiende, cuántas usa, qué significado le otorga, etc. Y, en todo, como hemos indicado podríamos realizar clasificaciones y taxonomías y escalas de cantidad y de calidad.

Pero hablábamos de libros y lecturas. Cuántas has realizado tú, cuándo y cómo, en qué cantidad y en qué calidad, de qué temáticas y en qué situación, te han otorgado una titulación por ese saber de esas lecturas, o ha sido por tu cuenta.

Por otro lado, está la cuestión, se nos gestiona de muchos modos según las lecturas que hemos leído, según el saber que hemos utilizado, se nos condiciona o se nos dirige hacia unos lados o hacia otros de la realidad humana. Nos perdemos en las palabras-conceptos y lecturas-libros o documentos de información que nos muestran, sean documentales, sean todo tipo de información. De publicidad o propaganda o…

En todas estas clasificaciones de miles de temas posibles, y en todas, existirían escala de niveles, como hemos indicado, unos degustan cinco naranjas a la semana, otros solo media, otros ninguna, unos leen dos libros a la semana, otros ninguno, otros diez páginas… Unos, utilizan tres mil palabras, otros diez mil, unos conocen veinte mil, otros siete mil. Unos, conocen de una temática todas las palabras-conceptos-ideas, otros apenas ninguna.

Algunos dirán que también existen clasificaciones según la genética, y, todas las consecuencias de ella, color de piel, altura, género, algunos se atreverían a indicar tendencia a ser de una manera o a ser de otra. Pero también, todas las diferencias sociales, y, éstas en multitud de campos, económicos, políticos, culturales, religiosos, etc.

De las ilimitadas definiciones del ser humano que se podrían hacer, que todas y cada una, nos indican algo de lo que somos y en lo que somos, de lo que estamos y en lo que estamos. Una, una de ellas sería la de las clasificaciones-taxonomías-clases-especies-grupos de cualquier variable o entidad real o social  cultural o psicológica o mental, y, después, en qué grado-nivel-cantidad estás situado. O has estado.

Un día, supongo, que el conocimiento-control del ser humano sobre el ser humano será tan grande, que conocerán todas las variables posibles existentes, todas las clasificaciones, todas las cantidades y calidades y escalas. Se sabrá todo de la realidad general, todo de cada grupo, todo de cada individuo. Todo de todas las variables-características-clasificaciones de todo. Entonces, la gran pregunta que surgirá, ¿será el ser humano en ese momento libre, tendrá un cierto grado de libertad y de incertidumbre, o solo la que la Naturaleza exterior le otorgue…? ¿Ya, seremos un superorganismo? –Concepto que otro día hablaremos o no…-.

http://personal.cim.es/filosofia                © jmm caminero (16 octubre-03 noviembre 2021 cr).

Fin artículo 2.758º: “Clasificar a los hombres”.