La Andalucía de mañana comienza hoy con nuestro compromiso, nuestra  decisión y nuestra voluntad, la de todos, porque el futuro de Andalucía nos  compete a todos.  A ese porvenir estamos todos convocados desde este momento. Una Andalucía  para liderar, atraer y deslumbrar. Nuestra tierra y nuestro futuro es lo que nos  guía y lo que nos mueve. Andalucía es nuestra motivación. Nuestra pasión y por eso, quiero compartir hoy  con los hombres y mujeres de Andalucía la ilusión de los caminos por recorrer y  la esperanza de los deseos por cumplir. Tengo una fe absoluta en Andalucía y en los Los andaluces trabajamos duro, nos esforzamos mucho y mejoramos cada día,  pero queremos hacerlo a nuestra manera, con nuestra forma de vivir y de sentir. Ahora que exportamos más que nunca y que trabajamos para alcanzar una  posición de liderazgo en España y en Europa quiero que exportemos también  nuestro sello andaluz de convivencia, coraje y entusiasmo por la vida.  Como dijo el granadino Carlos Cano, con la belleza de las verdades sencillas,  “Andalucía es un proyecto de vida en el que se puede ser feliz”. Sinceramente, estoy convencido de que el mundo sería mejor si fuese un poquito  menos áspero y un poquito más andaluz. En los últimos años Andalucía ha perdido el miedo, se ha liberado de complejos  y ha doblegado estereotipos. Se ha hecho plenamente consciente de lo mucho  que vale y de lo rica que es.  Hoy se asoma a las calles de nuestra tierra y a los ojos de nuestra gente un  nuevo orgullo andaluz. Un andalucismo renovado y alejado de tópicos.  Hoy mostramos al mundo una nueva imagen, más moderna y dinámica, sin  renunciar por ello a nuestras señas de identidad, miramos de frente al futuro y  reivindicamos al mismo tiempo la riqueza desbordante de nuestra herencia.  Cultura, patrimonio, naturaleza, arte y belleza por cada rincón de Andalucía.  ¿Cómo no sentirnos orgullosos?  Los jóvenes andaluces son protagonistas en la recuperación de este  andalucismo orgulloso. Las nuevas generaciones nos muestran con frescura,  ingenio y libertad que hay una nueva Andalucía que investiga, crea, innova,  cuida, enseña e influye y lo hace en andaluz, con el poderío y la riqueza de  nuestro acento. Quiero que los jóvenes tengan la certeza de que son importantes, y que los  tenemos en cuenta para construir el presente y el futuro de Andalucía. Tengo la  firme determinación de ampliar sus oportunidades de formación y empleo.andaluces.

i tierra y me he rebelado contra la resignación. Por eso, abrimos ahora una  etapa de nuevas ambiciones, nuevas ideas y nuevos proyectos.  No quiero mirar atrás. Mucho más que el camino recorrido, me importa trazar  nuevas rutas que nos lleven más lejos. Donde haya una oportunidad, allí estará Andalucía, donde se pueda innovar y  crear, allí estará Andalucía, donde hagan falta talento, trabajo y calidad, ahí  estará Andalucía, donde se pueda aportar tolerancia, templanza y voluntad de  acuerdo, ahí estará Andalucía. Vamos a ir a por todas. Plenamente conscientes de la dificultad, pero espoleados  por ella porque sabemos que Andalucía puede ofrecer grandes cosas a España  y al mundo.  En un momento histórico inquietante y perturbador con una crisis energética, una  inflación disparada, una guerra en Europa y una polarización creciente y  divisiones estériles, los andaluces no somos inmunes a la preocupación. Es verdad que no existen varitas mágicas, ni tampoco soluciones inmediatas  frente a los problemas que nos acechan y a las dificultades que se avecinan,  pero sí un Gobierno sólido, con determinación y con confianza en Andalucía,  para salir adelante cada día y lo que queremos hacer abonados al optimismo y  a la alegría.

Quiero remover los obstáculos que todavía frenan el enorme talento de la  juventud andaluza. Un talento que necesitamos y no podemos desaprovechar  porque Andalucía la hacemos entre todos. Mujeres y hombres que amamos  nuestra tierra y trabajamos para alcanzar objetivos cada día más ambiciosos.  Los andaluces queremos estar a la cabeza del progreso y el bienestar en España  y en Europa.  El liderazgo de Andalucía y el orgullo de ser andaluces no son para mí palabras  huecas ni quimeras idealistas. Son metas concretas hacia las que avanzar y  acciones reales. Es un proyecto colectivo que los andaluces podemos llevar al  éxito si creemos en nosotros mismos. El liderazgo significa estar a la cabeza en creación de empleo y generación de  riqueza. Significa tener una sanidad moderna y de calidad, una educación de  excelencia y un ecosistema propicio para la investigación y la innovación. El liderazgo significa igualdad real entre mujeres y hombres, unos servicios  fuertes para todos y solidaridad con quienes son más vulnerables y significa  también una economía verde y sostenible, la protección de nuestro patrimonio  natural, amenazado por los incendios y el cambio climático  Liderazgo y orgullo significan que cada familia, sea como sea y en cualquier  rincón de Andalucía, tenga a su alcance las oportunidades para desarrollar su  vida con prosperidad, tranquilidad y libertad. Esta Andalucía fuerte y próspera puede también ayudar a España y contribuir a  su éxito. Andalucía, parte esencial de nuestra nación, tiene una vocación antigua  de servicio, lealtad y amor a España. La aportación de Andalucía a nuestro país  a lo largo de la historia ha sido excepcional, brillante y fértil.  Hoy renuevo el sentimiento mayoritario de los andaluces de ser españoles de  luz que, desde el Sur, hacemos una España mejor. España necesita a Andalucía porque somos una tierra decisiva, con capacidad de aportar y con deseo de  cooperar con el resto de territorios.

Juntos, con espíritu solidario y rechazando privilegios, es como debemos  construir la España fuerte, próspera y fraternal que queremos.  Andalucía siempre ha mantenido lealtad y compromiso con las instituciones  democráticas, con la Corona, con la Constitución Española y con su Estatuto de  Autonomía.  Desde esta lealtad, como presidente de Andalucía, participaré con determinación  en cualquier debate que interese a España y a Andalucía. Tendré una voz alta y  clara en defensa de lo que necesitan y quieren los ocho millones y medio de  españoles que vivimos en esta tierra y para poder defenderlo, hay que conocerlo  y sentirlo como propio.  Por eso, mi primera obligación como presidente es escuchar a los andaluces,  sintonizar con sus preocupaciones y saber interpretar sus deseos.  He recorrido muchos pueblos, muchos barrios y muchos rincones de las ocho  provincias de Andalucía durante estos últimos años y esa seguirá siendo mi  forma de gobernar, la de hacer kilómetros y estar cerca de los andaluces. Conocerlos, comprenderlos y escucharles, porque a esta tierra tan extensa y  diversa, cuanto más se la conoce, más se la ama.  La gente de Andalucía es generosa, sensible, amable y sabia. Con esa sabiduría  entrañable y profunda, tan auténtica que se convierte en una actitud ante la vida. Una forma de ser que enamora a quienes vuelven una y otra vez a Andalucía, no solo porque les guste nuestra tierra, sino porque les gustaría ser andaluces y  vivir como andaluces y algunos, incluso, lo consiguen. Esta tierra tiene que seguir avanzando desde el trabajo y la humildad, porque  nunca nadie nos ha regalado nada. Será nuestro esfuerzo, nuestra capacidad y  nuestro afán de superación lo que nos impulse a conseguir nuestras metas. Yo tengo ambición por Andalucía. Quiero que sea la comunidad más importante  de España, que sea referencia de prosperidad y tengo la determinación necesaria para hacer lo que haga falta hacer y trabajar lo que sea preciso trabajar  para que Andalucía siga avanzando.

Antes de terminar, me van a permitir compartir este momento tan especial y lleno  de emociones para mí con los más cercanos, con mi familia. Mi mujer y mis tres hijos, que me dan fuerza y esperanza cada día para trabajar por un futuro mejor  para Andalucía. Mi padre, siempre lo tengo en la memoria cuando las cosas son importantes. Mi  madre y mis hermanas, que me apoyan y me cuidan, como siempre hace la  familia. Desde Alhaurín el Grande hasta Padul, el lugar que mis suegros y cuñados han  hecho mi segunda casa.  Están hoy conmigo también muchos amigos, compañeros y compañeras con los ellos comparto ilusiones, convicciones y también algunos sinsabores. Gracias a todos por vuestro afecto y vuestra ayuda. Es imposible nombraros a todos, pero quiero agradecer especialmente que esté  aquí Alberto Núñez Feijóo. Lo siento como una muestra más de su amistad y  cariño y también de su compromiso y afecto por Andalucía.  Amigas y amigos, como dije al inicio, comienza un tiempo nuevo para Andalucía.  Un tiempo de ambiciones renovadas, que afronto con responsabilidad e ilusión y siempre al servicio de las andaluzas y de los andaluces.  Os invito a perseguir juntos nuevos horizontes de progreso y bienestar para  nuestra tierra a soñar tan alto como podamos imaginar. Tomo la voz de una mujer andaluza – malagueña como yo –, la gran intelectual  María Zambrano, para decir que: “No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo  imposible a lo verdadero”. Así que, andaluzas y andaluces, sigamos conquistando lo imposible. Andalucía, te quiero. ¡Viva Andalucía!