España está siendo consumida por incendios cada vez más destructivos: este verano, Castilla León, Extremadura, Andalucía, Galicia. etc se alzan como símbolos trágicos de una crisis que no cesa. Al mismo tiempo, las prioridades nacionales parecen más orientadas a la inversión militar que a la protección contra catástrofes naturales que, cada año, nos golpean con mayor fuerza. ¿No debería nuestro arsenal estar compuesto también por prevención, no solo balas?
1. Defensa permanente, prevención olvidada
“La verdadera defensa de un país no siempre se gana con armas. A veces se gana con agua, prevención y coraje civil.”
Cada verano recordamos que la amenaza real no siempre es externa. Cuando el enemigo es el fuego, la defensa efectiva requiere helicópteros antiincendios, brigadas, infraestructura preventiva, gestión forestal y sistemas de alerta. Mientras tanto, seguimos destinando millones a comprar tanques y proyectiles. ¿Realmente defendemos al país si permitimos que arda?
2. Héroes sin uniforme de gala
“El verdadero héroe no lleva chaqueta, sino casco y manguera.”
Los que realmente salvan vidas estos días no ocupan los titulares políticos. Son bomberos, brigadistas, voluntarios, vecinos que colaboran, y la Unidad Militar de Emergencias (UME)—la última línea de defensa cuando todo falla. Ellos son los que se enfrentan al infierno sin excepciones, arriesgando todo mientras los presupuestos flaquean y los discursos florecen.
3. La tecnología está aquí, pero la adoptamos lento
La innovación para detectar incendios de forma temprana existe. Empresas como OroraTech ya operan nanosatélites con cámaras térmicas que mejoran la detección desde el espacio The Australian+11Wikipedia+11Wikipedia+11. Google, junto a la Earth Fire Alliance y Muon Space, ha lanzado el programa FireSat, que aspira a desplegar más de 50 satélites para ofrecer imágenes cada 15–20 minutos, combinando imágenes térmicas con análisis de inteligencia artificial Business Insider+4WIRED+4The Verge+4. Además, el sistema ya operando promete alertas en apenas un minuto desde detección NOAA+1.
En tierra, redes de sensores solares capaces de medir temperatura, humo, humedad o gases —como las de Dryad Networks— están disponibles. Su sistema Silvanet, junto con drones como Silvaguard, permite ubicaciones precisas del fuego en tiempo real Business Insider+15AP News+15Dryad+15. También hay tecnologías emergentes como ForestProtector, que combina visión artificial, IoT y aprendizaje reforzado para monitorear humo con cámaras giratorias autónomas govtech.com+3arXiv+3AP News+3.
Pero no solo debemos mirar al cielo o a los drones: propongo imaginar una hipotética red nacional de detección 360° “FuegoGuard”: sensores IoT distribuidos por zonas rurales, paneles solares indefinidamente activos, alimentando una IA local que analiza calor, gases, humedad y humo. Esa IA remite alertas instantáneas al 112, satélites y drones de apoyo. Si ya contamos con lo básico, solo faltan voluntad y coordinación.
4. Beneficio compartido: más vida, menos gasto
Estas tecnologías evitan incendios, protegen vidas, forestales, viviendas y biodiversidad. Pero además ahorran cientos de millones en costes de extinción y reconstrucción. No es cuestión ideológica, es de supervivencia lógica. Un incendio prevenido es más rentable que cien apagados.