La Zenia es una urbanización a pie de playa, situada en la provincia de Alicante, en la Costa Blanca. Está muy cerca de Torrevieja, pero en realidad pertenece al municipio de Orihuela.
En estos momentos, la instalación placas solares en La Zenia está en auge, como pasa en toda España. Esto se debe a una combinación entre la subida del precio de la luz, el reciente apagón, el abaratamiento de las placas y el aumento de las subvenciones.
Un clima en el que se aprovechan muy bien los paneles
Debido a la situación de La Zenia, esta urbanización y todos los pueblos de la zona son lugares privilegiados para el autoconsumo. Hay una radiación solar abundante, lo cual beneficia mucho a las instalaciones fotovoltaicas.
Aquí, las necesidades de calefacción son mínimas, pero el aire acondicionado puede estar funcionando seis meses al año (a lo que se suma las otras necesidades eléctricas de la vivienda). De ese modo, con los paneles el ahorro en la factura eléctrica es considerable.
De hecho, por la enorme cantidad de radiación solar, este lugar es uno de los mejores para tener un coche eléctrico. Con un cargador en casa, el coste de moverlo es prácticamente de cero euros. Además, no hay que olvidar que aquellas personas o comunidades que colocan paneles en sus tejados ayudan en la lucha contra el cambio climático (ese que nos trae veranos abrasadores).
La profesionalización del sector ha sido clave en el impulso a esa energía
Con el paso de los años, la instalación paneles solares en La Zenia se ha ido profesionalizando. Aquí entran compañías como Cuprico Electrical Services, encargándose de diseñar y ejecutar proyectos personalizados.
Gracias a estos profesionales se consigue el mayor rendimiento energético, pero sin descuidar la estética de los edificios. Esta, que a veces no se tiene en cuenta, es importante en las urbanizaciones (suelen tener sus normas en cuanto a la apariencia de sus inmuebles).
El marco normativo es muy favorable
Durante los últimos años, las leyes alrededor de las placas solares han ido cambiando. En muchos casos, ni siquiera hay que solicitar permisos para ponerlas.
Hay que sumar el auge de las subvenciones, que son las que les han dado el empujón definitivo, y que van en diferentes líneas. En algunas localidades se subvenciona el IBI durante varios años, en porcentajes variables, si se ponen placas. A ello se unen las subvenciones estatales y de la UE en el ámbito de la mejora de la eficiencia energética.
Estas ayudas, que incluyen a las baterías, pueden llegar a suponer un tanto por ciento muy elevado de la inversión, sin olvidarnos de que también se obtienen rebajas en el IRPF al hacer la declaración de la renta.
De ese modo, ahora la instalación de un sistema de paneles fotovoltaicos se amortiza casi enseguida, o en dos o tres años si se ponen baterías. Esto no era así antes, cuando había que esperar más de diez años para que llegase esta amortización, que ahora se da muy pronto si sumamos lo anterior al precio de la electricidad