(por Moisés Palmero Aranda Educador ambiental) Ha sido una bonita casualidad, por lo menos para mí, que el nacimiento de Cuatrovientos en El Ejido coincida con el Día Internacional del Voluntariado, y, aunque se merecen una atención personalizada, me parece conveniente entrelazarlos.
Cuatrovientos es un proyecto ambicioso e ilusionante de la nueva Asociación Cultural Vientos de Murgi. Una iniciativa de un grupo de vecinos que nos hemos propuesto editar una revista bimensual gratuita que nace con la vocación y el objetivo de ofrecer un punto de encuentro, un ágora, un espacio crítico, plural, participativo, colaborativo, libre, aglutinador, de reflexión, integración, pensamiento, análisis y debate, que recupere nuestro pasado y difunda nuestra historia, nuestras raíces, el patrimonio cultural, ambiental y etnográfico que atesoramos, disfrutamos y debemos conservar para construir una sociedad de futuro, más justa, igualitaria y resiliente, generando sinergias, colaboraciones, ideas, iniciativas, propuestas y soluciones.
Será un espacio abierto a cualquier persona con inquietud y ganas de escribir sobre cualquier temática, sin censuras, salvo las faltas de respeto, de educación, tolerancia y de civismo, porque buscamos construir, unir, hacer pueblo y defender el bien común.
Un trabajo hercúleo, en el que nos hemos comprometido a colaborar de forma altruista, responsable, poniendo nuestro tiempo, conocimiento y esfuerzo para sacarlo adelante, y que nos convierte, sin pretenderlo, en voluntarios culturales.
Supongo que, dependiendo de la idea que tenga cada uno de lo que significa el tejido asociativo, puede que relacionar ambas ideas para muchos sea restarle valor al proyecto. Para mí es todo lo contrario, porque tengo el convencimiento de que la fuerza, dedicación y compromiso de la sociedad civil es de vital importancia para crear comunidad, para demostrarnos que cada uno de nosotros somos fundamentales y esenciales para el desarrollo de nuestro pueblo y que todos tenemos alguna habilidad, conocimiento o experiencia que poner al servicio de los demás, sin esperar nada a cambio.
Olvidarse de los intereses personales, dedicando parte del tiempo de ocio a poner un solo granito de arena a una causa social, de forma silenciosa e invisible, me parece de una gran generosidad y es necesario aplaudir. Por eso, que al menos un día al año se visibilice a todas estas personas es un gesto de gratitud y de justicia.
¡Uff! Parece que estoy pidiendo que nos aplaudan, cuando esa no era la intención, sobre todo porque acabamos de empezar y aún no sabemos si llevaremos a cabo nuestro propósito, si nos adaptaremos a la fuerza de los cuatro vientos, o nos quiebra alguno de ellos y quedamos sepultados bajo una capa de objetivos no cumplidos.
Sabedores de la complejidad del proyecto y de las grandes dificultades que nos encontraremos en el camino, somos conscientes de que solos es imposible conseguirlo. Por eso buscamos el apoyo, el impulso, el calor de los vecinos para que nos busquen, nos lean y escriban, del tejido asociativo para que se sumen al proyecto, lo hagan suyo y difundan sus iniciativas e inquietudes, y de las empresas para que con su publicidad podamos financiar los gastos y conseguir una publicación de calidad, de la que todos estemos orgullosos, que queramos coleccionar y que se prolongue durante décadas. El tiempo dirá si somos capaces de conseguirlo y la cultura y Cuatrovientos vuelan libres a los cuatro vientos de Murgi y de toda la comarca del poniente de Almería.


















