(Jmm Caminero) El ser humano evalúa su existencia, no al final, como se indica, sino en todas las etapas. El grave problema es como juzgar el presente desde el pasado y desde el presunto futuro.
Todo el mundo tiene sueños o expectativas, todo el mundo ilusiones y esperanzas, todo el mundo realidades y penas, todo el mundo no pensaba que su vida se iba a desarrollar de esta manera o de tal otra, todo el mundo lleva una vida incógnita para si mismo y para los otros, todo el mundo es una escultura geiser en el cual muestra parte y esconde otra…
En este viaje-tour-toreo que estoy realizando por el articulismo y articulistas de este pozo-torre-laberinto-puzzle que es Hispania, ha tocado hoy, la pelota a Rosa Montero, en concreto su columnas titulada. Aviso a navegantes, del 04 de enero del 2016 en el País Semanal.
No se piensa-siente-percibe-redacta-imagina lo mismo la misma idea-tema, de un articulo estando sentado en silencio, o con la microfelina subiéndose en los papeles, mordiéndolos, tirándolos al suelo, interponiéndose entre tus gafas con ojos y la pantalla del ordenador. Además teniendo que rozar-analizar-sintetizar-describir algo de la temática de la vida y memoria, del existir y del estar, del vivir y sobrevivir, de la conciencia y del recuerdo, de los errores y aciertos, de las penas y alegrías, de las esperanzas y de los deseos, de lo que esperabas iba a ser la vida, y de lo que fue o recuerdas que fue o sientes que sintió tu conciencia-carne-nervios-sangre.
Un artículo-columna de mil palabras, que es una especie de instalación artística-cultural y literaria-filosófica, está-es-respira-sirve, entre otros modos-fines-metas, para que un lector-a, no pierda el tiempo si decide entrar a bucear en esas aguas, y, por otro lado, proporcione algo de preguntas y algo de consuelo, intentar, no la oratoria del escribiente-pensante-percipiente, sino intentar buscar grados más profundos de realidad-verdad, realidad-bien-bondad, realidad-belleza…
Cada uno, a cada edad, se autoevalúa-evalúa que habrías hecho o no has hecho, que deberías haber hecho, qué circunstancias, qué sueños, que realidades, qué ambientes, qué te faltó o te sobró, en cuanto a las ideas o conocimientos, a la voluntad, a las pasiones-deseos, en tus metas, en circunstancias, en los que te rodearon, como te manipularon o te engañaron o tú te dejaste caer en las redes. Aquel momento o aquel otro, con aquella persona o con aquella otra, aquella calumnias o aquella maledicencia o aquellas alegría o aquella pena, aquella tristeza, aquella herida o trauma que has ido arrastrando durante décadas, aquella otra, que ni siquiera sabes si existe, aquel acontecimiento social o político o económico, aquella bondad o maldad de ti mismo contigo mismo, de otros contigo mismo… ¡Aquella vocación o profesión que nunca se materializó, se soñó o se realizó a medias, aquel amor y desamor y…!
Cómo valorar la vida-existencia de cada uno, cómo juzgarse uno a si mismo, con equidad y justicia en la máxima realidad-verdad-bondad-racionalidad-prudencia-sentido común, cuándo en cada momento intervienen una multitud de realidades internas y externas, grandes y pequeñas, además de una mente-conciencia-cerebro que solo apenas conocemos de nosotros mismos, que son una jaula y carrusel de ideas o representaciones mentales, que denominamos emociones o conceptos o deseos o pasiones, rodeados con una fosa-plaza-coso de mil circunstancias. Además, de que unos seres humanos disponen o disponemos, en toda la enorme cantidad de valores-funciones-parámetros-interrelaciones existentes, en las que en unas características existen diversas calidades-grados, en unas estamos en la media, en otras, por encima o por debajo de esa normativa social o psicosocial.
Al seccionar la realidad vital de una persona, en días, no solo en años, no solo tiene veinte años y cinco meses, o, cincuenta y tres meses, u ochenta y nueve meses, sino que ha vivido-existido bajo este paraguas de sol, tres mil días o cinco mil o veinte mil o quince mil. Este pequeño cambio de expresión o percepción hace que se transforme-cambie todo. La propia concepción de si mismo, uno se percata que a los veinte años, ha existido unos siete mil días, y a los treinta unos diez mil, y, así sucesivamente. Al ser un número aproximado más preciso, se es consciente, que la cantidad de conocimientos y de experiencias, en cada tiempo-época es diverso-diferente.
Algunos dirán con razón, que tomamos opciones, a los siete mil días de vida, que condicionarán toda la existencia, carreras o profesiones o vocaciones, amores o desamores, circunstancias de vivir o existir en un lugar o en otro, opciones culturales, conceptuales o ideológicas, creencias o no creencias.. Y, multitud de otros aspectos, que te condicionan, la vida de los que están al lado, del barrio o pueblo o ciudad, de las personas que te encuentras, de la bondad-maldad de uno mismo con uno mismo de los cercanos con uno mismo, de los otros con uno mismo, de uno mismo con los otros…
Si, Rosa Montero, no tenemos como con el lavavajillas, el programa o libro de instrucciones en papel o digital, o si lo tenemos, pocas personas lo conocen. Vamos viviendo, regular viviendo, bien viviendo, mal viviendo cada día, ayudándonos con la arquitectura de los deberes-derechos que hoy, piensas que dispones-debes, de los trabajos y deseos cotidianos, de las pasiones y pulsiones que te hieren en lo más profundos, de las alegrías y decepciones, de si piensas existe Dios o no existe, si crees que existirá vida eterna o no, de mil factores… Rosa Montero, como escritora y como articulista, merece ser leída-pensada-recordada-valorada. Aquí, aquí mi pequeño y modesto homenaje. Paz y bien…
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Fin artículo 2.872º: “Pasa tu vida”.