(Jose Mateos Mariscal ) Aunque menudo se dice que es algo áspero para el oído, el alemán puede ser muy expresivo, melodioso y cargado de emoción, especialmente en una canción pop alegre.
¿Quién no ha tarareado o cantado la canción 99 Luftballons de Nena (sin entender la letra) o las más recientes Auf uns de Andreas Bourani, Bye Bye de CRO, o un exitazo del Oktoberfest de pie en un banco, vestido con un Lederhosen (traje tradicional bávaro)? ¡Sube el volumen, deja que el alemán hechice tus oídos y que tus emociones te inunden!

Más de 118 millones de personas hablan alemán en docenas de países. ¿En cuáles de ellos el idioma está más extendido? ¿Y cómo llegó el alemán allí?

Liechtenstein

En tres países de Europa se habla alemán: Alemania, Austria y el pequeño Liechtenstein, cuya capital es Vaduz. En este principado 35.000 personas son germanoparlantes, una cifra que se eleva a 7,5 millones en Austria. En Alemania es diez veces más que en Austria. Pero no todos los 83 millones de ciudadanos alemanes dominan el idioma.

Suiza
En Suiza el alemán es uno de los cuatro idiomas oficiales y es hablado por cinco millones de personas, un tercio de la población. Para migrantes alemanes como el escritor Herman Hesse o Erich Maria Remarque, el italiano hablado en Suiza era especialmente hermoso. Remarque vivió exiliado hasta su muerte en esta villa a orillas del lago Maggiore.

Luxemburgo

También en Luxemburgo el alemán es idioma oficial, junto al luxemburgués y el francés. Cerca de 470.000 habitantes del Gran Ducado hablan alemán como idioma materno. El luxemburgués es desde 1984 la lengua nacional y se utiliza en radio y televisión. Sin embargo, a nivel escrito, la gran mayoría usa el alemán estándar o Hochdeutsch.

Francia

En Francia el alemán es una lengua hablada por 1,2 millones de personas, las que mayoritariamente viven en la frontera entre ambos países. En la región del Gran Este, que abarca a la antigua Alsacia, Champaña-Ardenas y Lorena, se hablan dialectos franceses y alemanes profundamente arraigados. Aún quedan algunos registros de la época en que las regiones fueron administradas por Alemania.

Italia

El alemán es oficialmente un idioma minoritario en Italia en Tirol del Sur, que hasta 1919 perteneció a Austria, y en el Vaticano. Aún hoy más del 60 por ciento de los 520.000 habitantes de la provincia autónoma de Bolzano/Tirol del Sur habla alemán como idioma materno. Las señaléticas en toda la provincia están escritas en alemán e italiano.

España

El país favorito de los alemanes para emigrar en Europa es España. En todo el país vive aproximadamente medio millón de ellos. La mayor parte de la colonia se ha instalado en Canarias, Mallorca y a lo largo de la costa mediterránea. La vida nocturna alemana en Palma de Mallorca ha estado muy tranquila desde que la pandemia del coronavirus se apoderó de todo.

Países Bajos

En muchos lugares de los Países Bajos, como en Venlo , junto al idioma local se habla y escribe también en alemán. Y no solo en las regiones fronterizas. Cerca de 360.000 alemanes viven en Países Bajos. Por eso, en muchas escuelas neerlandesas se ofrecen clases de alemán como idioma extranjero.

Israel

Unos 100.000 israelíes hablan alemán, la mayoría descendientes de inmigrantes judíos, incluidos los arquitectos de la Bauhaus que ayudaron a dar forma al paisaje urbano de Tel Aviv. Durante mucho tiempo, el alemán fue considerado el idioma de los nazis, pero desde hace unas dos décadas ese estigma ha ido desapareciendo. Con el creciente interés por Alemania crece también el interés por el idioma.

Rusia

La historia del alemán en Rusia tiene unos 250 años. Ya en 1763 Catalina la Grande permitió que miles de agricultores alemanes se asentaran en el Volga. Después de 1990 una gran parte de los 2,3 millones de ruso-alemanes retornaron a Alemania. Actualmente viven unas 394.000 personas de origen alemán en Rusia. No todos dominan el idioma.

Sudáfrica

Sudáfrica es popular entre los emigrantes alemanes al punto que Ciudad del Cabo tiene un barrio conocido como «colina Sauerkraut». Las cifras varían, pero se estima que entre 100.000 y 500.000 germanoparlantes viven en el país. A mediados del siglo XIX misioneros de Baja Sajonia fundaron asentamientos que fueron bautizados en honor a sus lugares de origen, como por ejemplo Hermannsburg o Lüneburg.

Estados Unidos

Antes de la crisis del coronavirus, cada año unos 10.000 alemanes salían cada año de su país para asentarse en Estados Unidos. El número estimado de hablantes de alemán en ese país de Norteamérica asciende a 1,1 millones. El «cinturón germano» se extiende desde Alabama, pasa por Medio Oeste y llega hasta Montana, Wyoming y Colorado.

Canadá

También Canadá es muy popular entre los emigrantes germanos. Desde la década de 1940 más de 400.000 alemanes se han instalado en ese país. Se estima que unas 430.000 personas hablan alemán en Canadá. Lunenburg, fundada a mediados del siglo XVIII, es oficialmente el asentamiento germano más antiguo de Canadá. La ciudad portuaria es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1995.

Brasil

El 10 por ciento de los brasileños tiene ancestros alemanes. Son descendientes de alemanes que emigraron en los siglos XIX y XX por razones económicas y sociales. Se estima que 1,1 millones de personas hablan alemán en Brasil. La ciudad de Blumenau, fundada en 1850, alberga la Oktoberfest más grande fuera de Alemania y también muestra cómo vivían los europeos recién llegados allí

Argentina

Especialmente en la primera mitad del siglo XX los alemanes llevaron su lengua a distintos países de Centro y Sudamérica. En Argentina se estima que hay unos 400.000 germanoparlantes, que se concentran en localidades como Villa General Belgrano. En La Cumbrecita (Córdoba) las casas de madera recuerdan a las construcciones típicas de Baviera.

Paraguay

También Paraguay, donde hoy unas 166.000 personas hablan alemán, es un destino apetecido por los migrantes germanos desde hace más de un siglo. Hasta ese país sudamericano llegaron racistas como Bernhard Förster, quien en 1887 fundó una colonia «aria» y la llamó Nueva Germania. La colonia del antisemita, que estaba casado con la hermana de Friedrich Nietzsche, fracasó, y Förster se suicidó.