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(UPyD) Con respecto a los pactos, en UPyD no nos casamos con nadie por interés,  conveniencia o por el simpe hecho de que pueda estar bien visto, nuestro si irrenunciable y nuestro compromiso lo es con los ciudadanos, y este principio debe ser salvaguardado en cualquier pacto. No estamos en política para ocupar cargos sin más, si hiciésemos algún tipo de pacto con algún partido, este estaría supeditado a nuestro compromiso con los ciudadanos y siempre seria transparente y público en todos sus términos. Pactaremos siempre a favor del ciudadano sin compromiso alguno de apoyar siempre a un mismo partido. Apoyamos ideas y políticas concretas, no siglas ni nombres.

 

Cuando nos preguntan si UPyD podría llegar a pactar con Podemos, nuestra respuesta es que en determinados temas que favorezcan la regeneración democrática, la reforma seria de la Ley electoral, reforzar el Estado en temas como educación, política social, equidad regional etc. es posible siempre en interés de los ciudadanos. Podemos es un partido nuevo que en principio no se le puede reprochar lo que no han hecho, aunque su programa está en indefinición y cambio permanente.

 

Editorial de UPyD 

Los pactos y la nueva política

 

¿Pactaría UPyD con Podemos? ¿Pactaría con Ciutadans? ¿Con Izquierda Unida? ¿Con el PSOE? ¿Con el PP? Estas preguntas, que se repetirán a diario durante el próximo año, son resquicios de la vieja política moribunda. Una política en la que, después de las elecciones, los líderes se encerraban en una habitación insonorizada, unos con más votos sobre la mesa, otros con menos, y salían de allí con el reparto de unas cuantas consejerías, ministerios, competencias, privilegios y secretos inconfesables. Suele decirse que están en la naturaleza de la democracia los acuerdos en los que todos ganan. Ese «todos» debería incluir a los ciudadanos, a los españoles. La crisis política actual se debe a que hubo beneficio, pero se quedó en los viejos partidos, sin llegar a derramarse sobre aquellos a quienes en teoría representaban. Véase Bankia. Veánse los ERE. Véase la politización de la Justicia. Véanse tantos y tantos casos de corrupción y la pobreza creciente de España.

 

Pactar en base a siglas (contigo sí, contigo no, contigo ya veremos) el reparto de sillones y favores es política de la vieja. Los acuerdos del futuro, tal y como los entiende UPyD -y así lo ha demostrado en sus siete años de vida-, se harán única y exclusivamente en favor de los españoles. Su contenido serán soluciones realistas para los problemas de la gente. La soluciones que se piden en la calle, que forman ya parte de un consenso amplio y que UPyD llevará en sus programas como las ha llevado hasta ahora. Soluciones realistas, practicables, que sólo dependen de la voluntad política y que podrían reducir al mínimo la corrupción, aportar seguridad a las familias que no llegan a fin de mes, recuperar el espíritu de consenso y la confianza de los españoles en sí mismos y en su país.

 

UPyD ha jugado el papel clave en la demolición del bipartidismo. Ha introducido en el debate público las cuestiones fundamentales que los viejos partidos se negaban a plantear. Incluso ha puesto contra las cuerdas a los responsables de la quiebra del sistema financiero. No ha sido fácil, pero la nueva política se abre paso. Y es incompatible con el oscuro compadreo de los poderosos, de los sindicatos con las patronales, de la cara A con la cara B del bipartidismo, y de ambos con sus socios nacionalistas. El primer pacto de cualquier partido de la nueva política será con la gente, con los españoles.

 

España necesita un nuevo comienzo. Necesita una reforma constitucional que exigirá tanto consenso como transparencia. ¿Significará esto pactar con los protagonistas de la corrupción, con la muchachada de Podemos y su voluble política de fantasía, con el armatoste de Ciutadans para el que la transparencia es una pijada? Significará que, una vez que los españoles decidan quiénes son sus representantes, UPyD utilizará la fuerza que le den las urnas para que se lleve a cabo el gran cambio, tan profundo como realista, que necesita España. UPyD es el partido llamado a liderar la transición hacia un país nuevo, más limpio, justo, próspero, libre y unido. Y lo es porque representa lo mejor de los españoles: su esfuerzo, su rebeldía, su esperanza y su integridad.

Felipe Córdoba (UPyD Alhaurín)