(Jmm Caminero) Es sentarse o caminar y percibir como emergen a la conciencia, la semiinconsciencia/inconsciencia. Recuerdos y conceptos e ideas y memorias y deseos y pasiones y alegrías y penas.

Fluye del volcán interior de uno mismo, de uno mismo en relación al exterior, social o naturaleza, u, otros interiores. Siempre estamos hablando con nosotros mismos, aunque no oímos las conversaciones. Existen en el mundo, muchas ideologías de salvación, que quieren explicarnos como es el mundo interior, como el exterior. Estamos dentro de nosotros mismos, sin ser conscientes de lo que somos en nosotros mismos.

El interior, dicen los neurobiólogos, está siempre hablando consigo mismo, es como una central bioeléctrica que siempre está en constante diálogo consigo misma. Y, algo de ese lenguaje llega a la consciencia, el resto se va quedando, en sedimentos, en secreto para la conciencia de cada ser humano. Intentar escuchar, un poco más, eso es el viaje interior. No hay que irse al Oriente, sino sentarte en tu sillón y leer un poco, y/o, dejar como fluyen las ideas, y/o dejar la mirada en la lejanía y/o dejar como fluyen los vientos y/o las aguas del interior.

Nunca hemos mirado demasiado al interior, porque son cavernas y palacios, que en parte nos dan miedo y temor y tristeza, Pero si durante siglos hubiésemos trabajado mes tras mes, en el campo, casi siempre en soledad y en solitariedad, era imposible, que no fluyese desde dentro, todo ese mundo interior. Después, vinieron las distintas fases de la revolución industrial, el operario o el obrero o el proletario tenía que estar pendiente de un mundo exterior cambiante, si era una máquina, tener cuidado de no cogerte los dedos y se quedasen destrozados, si era un servicio de botones en un hotel, siempre pendientes de mirar hacia fuera/exterior, para que de ese modo realizar bien nuestra labor con el cliente.

Hemos olvidado de si nos sintiésemos/sentíamos mejor y nos pensásemos/pensamos  mejor y nos meditásemos/meditamos mejor… -No me entiende usted lector, no me comprende usted lectora, supongo, pero debe saber que un artículo, un supermercado de palabras e ideas e imágenes, tiene que disponer de productos, muy inteligibles y otros, menos, porque los que se acercan a este abrevadero, pueden ser leones o jirafas o gacelas o ratones, para todos hay que tener algo que les sirva de sosiego y alimento y bebida…-. Es fácil la explicación, camino por la calle, me cruzo con diez personas, cinco van hablando con alguien, a un kilómetro o a un millón de metros.

Por tanto, está recibiendo sociabilidad de otras personas, lejanas en el espacio, cercanas en el tiempo. Pero pocas van mirando el paisaje que les rodea, aunque lo hayan visto mil veces o diez mil. Pocas se van/vamos escuchando su corazón y sus deseos y sus pasiones y sus recuerdos, para poner orden/entendimiento/comprensión/perdón en ellos/nosotros. Pocos están/estamos dejando que su interior les hable y dialogue y monologue con ellos mismos. Pocos están/estamos haciendo su viaje interior. Siempre estamos como lanzados hacia fuera. Y, la realidad prudente es buscar el equilibrio entre el interior y el exterior. Debes saber de mecánica para arreglar tu ventanal, pero también, para conocer mejor los cristales de tu interior…

Quisiéramos, -es nuestra pequeña o gran ambición-, redactar columnas que tuviesen la calidad, en otro estilo de Ruano, Camba, Umbral, Vicent, Montalbán, Plá, Cunqueiro, Ortega, Unamuno, D´Ors, y, otras docenas, que no voy a rellenar tanto folio de papel, para cansarle. Porque  posiblemente, a usted estimado e hipotético lector/a, los conoce de nombres, pero no le ocupan y preocupan en su conciencia, bastante tiene con ocuparse hoy de la tortilla que tiene que realizar, o de intentar que el amor que cree tener y habitar, no se atraviese en desamor, y, si tiene hijos/nietos las ocupaciones y preocupaciones de esos seres que están como los árboles creciendo, en un mundo lleno de incertidumbres y vulnerabilidades y desasosiegos y distintas posibilidades de futuro. No soy un escritor y escribiente que vivo y habito y existo en otro mundo, estoy como usted en este. No estoy en los círculos de los poderes culturales o sociales, sino que simplemente, soy como la mayoría de ustedes, alguien que camina por una acera, y paso desapercibido para los demás…

Tengo que reducir el número de palabras en las columnas, es lo aconsejable, hemos pasado de las crónicas y artículos de cuatro-cinco páginas de folio, de tiempos del XIX, después, se redujo a dos o tres, y, ahora, menos de una, incluso en muchos casos la mitad de un DINA-4. Estamos reduciendo el articulismo entre quinientas y ochocientas palabras. Por tanto, debe usted conocer este dato. Porque usted tiene tanta información, que no tiene tiempo, para dedicar siete minutos a unas frases de unas columnas, solo dispone de tres minutos. Vive con la incertidumbre de que siempre tiene algo pendiente, siempre existe alguna comunicación en su móvil, siempre alguna conversación, siempre alguna noticia, siempre algún dato macroeconómico o macropolítico… ¡Siempre algo…!

¡Pero siempre, está dejando para mañana, venga usted mañana, sentarse en su sillón o en un banco o andando, y, dejar que su corazón le hable! ¡El gran oficio y la gran ocupación y la gran preocupación que debe tener, no la realiza, porque usted es muy importante, y, tiene tiempo para todo, menos para eso/usted mismo…! ¿Ni quince minutos cada día…! ¡Después, le extraña que arrastra una tristeza que emerge desde dentro, que no sabe como resolver…! ¡Consulte a especialistas médicos, consulte y déjese que su corazón-mente-inconsciencia escriba y pinte su conciencia/consciencia consciente…!

http://twitter.com/jmmcaminero         © jmm caminero (18-27 julio 2022 cr).

Fin artículo 3.123º: “El viaje interior”.