Hoy no voy a hablar del nuevo Rey; ya le di las gracias a su padre por todo lo que hizo por EsHoy quiero hablar de la caridad, no la cristiana, sino la humana: ya sé que a muchos les suena a chino y, si hablo de la cristiana, siempre habrá alguien que le ponga peros, mas yo  creo que en estos tiempos que nos ha tocado vivir que tenemos que tener mucha caridad humana con el prójimo; no es suficiente solo lamentarse: hay que ayudar.

Mi padre siempre me decía: «Si quieres que te ayuden, ayuda». Y tenía toda la razón, ¿Cómo te van a ayudar si tú no das ni los buenos días? Hay que ser magnánimos y, dentro de nuestras posibilidades, poner ese granito de arena para que no haya ningún niño sin un plato de comida, que es muy triste que unos padres no puedan ni alimentar a sus hijos por falta de trabajo.

 

En medio de esta maldita crisis, este gobierno solo piensa en los que más tienen: a ellos todo son facilidades, y al obrero, solo recortes, y nos están quitando hasta la dignidad, y no lo veo justo ni humano.

 

Cada uno mire su conciencia y piense que, si lo necesitara, también le gustaría que le ayudasen. Por eso confío en que a algunos de los que leéis mis charlas se os mueva un poco el corazón.

 

Así sea.