(Antonio Serrano Santos) He visto tu “ curriculum” y me ha dejado de piedra. Es apabuyante, sorprendente.
¿Cómo es posible tanta pasión, tanto trabajo, tanta proliferación de obras escritas,
de investigaciones, de distintas manifestaciones culturales, artísticas…? Y a punto de
“ naufragar” en dos infartos, creo. Y, como tema, siempre el mar y sus misterios, los
barcos, los marinos…No hay palabras para calificar tamaña labor inaudita. Todo es
poco lo que se diga de Fernando y su obra.

Hay algo que me ha movido a hacer un comentario a sus palabras, de profundo
respeto, dijo él, a la Iglesia Católica y a sus verdaderos fieles. Pero que está, ahora,
dice, a mil años luz de ella, más que antes cuando se alejó. Sabiendo su nobleza
innata, su honradez y sinceridad, quiero exponer algo que, quizás, si no él, otros ,no
hayan caído en la cuenta. Y lo que voy a decir está dentro de su medio de trabajo y
afición. El mar, las naves, los naufragios, los misterios que investiga tan acertada y
maravillosamente. Algo que, en vez de los mil años luz que dice que lo separan, en
realidad, lo tiene tan cerca como su ADN: de tal modo que, sin ello, no podría hacer
la titánica labor de estudio, investigación y profesión.

Antes, y sabiendo de su paciencia y bondad, quiero empezar con un ejemplo comparación,
muy en el ambiente en el que él se mueve. Dormía Jesús, sin duda se
cansaba como humano, también, sobre unas cuerdas en la popa de la barca de sus
discípulos. El mar se había alborotado por sorpresa, cosa frecuente en el mar de
Galilea, y el viento les era contrario; todo presagiaba un naufragio ya que las olas
eran altas y la barca hacía aguas, inundada por babor y estribor; la proa cabeceaba
amenazando hundirse. Los discípulos, con ese terror que conocen los marineros
cuando no ven salvación, despertaron a su Maestro, gritándole: “¡ Señor, Maestro,
¿no te da nada que perezcamos? El, se levantó y de pie, mandó al mar y al viento.
Vino la calma. Luego, les dice”¡ Hombres de poca fe ¡¿ No estaba Yo con vosotros?”.
Hoy, y siempre, la Iglesia, la barca del pescador, de Pedro y sus sucesores,
continuamente está como a punto de naufragar. Pero también, hoy y siempre, no
naufraga y ni ha naufragado, porque, aunque parezca que duerme, el Maestro, el
Señor, calma el viento y el oleaje de la Historia con su voz, su Espíritu. “ Yo estaré
con vosotros hasta el fin del mundo”.” Los poderes del infierno no podrán contra
ella( la barca-Iglesia)”.

Hasta aquí, mi querido alumno, una introducción ,a tu estilo. Ahora voy a exponer
eso que te tiene, no a mil años luz, sino en tu, como dije, ADN. Y perdona la
extensión, porque, a veces, unas breves palabras o pregunta, necesitan una más
extensa respuesta o comentario.

Toda la nomenclatura, nombres, clasificación, costumbres, refranes, dichos , en el
ámbito del mar( y de las ciencias y artes, en general), tienen su raíz en la cultura
clásica greco-romama. Greco-latina. Los monjes copistas de San Benito transmitieron
a Europa, que llegaron hasta a América, la cultura, las obras clásicas greco-latinas. La
universidad fue creación de la Iglesia Católica, en Europa y América ( “Universitas
Studiorum). A pesar de sus pecadores, pero también de sus santos. Al buen Juan
XXIII, entonces cardenal, un diplomático enemigo de la Iglesia, le dijo: “ No hemos
podido destruir su iglesia”. El, con su humor, respondió: “ Lo siento, nosotros,
tampoco”. Si de dentro no han podido, de fuera, menos. La conformación de Europa y
su unión se debe al catolicismo, a la Iglesia, con su raíz latina y cultura clásica. Todas
las obras de literata, arquitectura, arqueología, pintura, música, ciencias, filosofía,
escultura, en su inmensa mayoría, son obras de católicos, religiosos o seglares. No
es cosa de enumerarlos aquí, sería interminable. Las clasificaciones en ciencia, por
ejemplo, de especies animales y plantas, todas están con nombres latinos y griegos,
y en medicina; y en el derecho civil, penal, en los actos judiciales y hasta en las
costumbres y usos del pueblo. En mis clases de latín solía exponer estos ejemplos.
La siesta, sobre todo en los andaluces, viene de la “ hora sexta”, que los romanos
dormían después de comer ”Post prandium, dormire”, Post cenam, deambulare”.
Señalar con el dedo está feo porque era el modo de señalar al reo en un
juicio. Todavía se hace. Y así, tantos ejemplos.

Sólo me voy a limitar a lo que dije sobre tu profesión. La raíz de los términos con
que se alude “ cosas” del mar, son latinas.( Algunos, en griego) Algunos ejemplos:
Naufragio, nauta, navis, navegación, hidroavión( hidro: griego); nautilus, astronauta,
navegante, mar, marinero, marina, maremoto, marea, y otros muchos vocablos y
actividades que harían imposible el trabajo en el mar y sus estudios e
investigaciones sin esa raíz que tienen todos: la raíz: nau, nav, na, todas latinas:
Navis, navis, nominativo en su declinación; nauta-ae, lo mismo. Mar, maris. Y sus
derivados y compuestos.¿ O cómo se les podría haber llamado de otros modo? Ha
sido así y así hay que verlo.

Ya ves, mi querido y admirado, Fernando. No estás tan lejos, a mil años luz, sino
en tu alma marinera, investigadora, casi milagro humano en tu estudio y pasión. Y,
con esto, ya ves que no hablo de alejamiento de la fe, tan respetuoso como digno.
Sólo que, en ese aspecto, no estás lejos de la Iglesia Católica y su importancia e
influencia en tantas cosas y en las tuyas. Quizás, sin ese acercamiento, sin esas
raíces, no hubieras podido hacer lo que hoy, tan meritoriamente, tan atrayente, nos
emboba con tus trabajos y obras. Eres un orgullo para este antiguo profesor tuyo,
uno de los más admiradores tuyos que se honra de haberte tenido como alumno.
¡Ojalá muchos cristianos fueran tan sinceros, respetuosos y críticos con los defectos
de la Iglesia, aunque alejado, pero no enemigo!