Francisco Javier Zambrana Durán – Alhaurín de la Torre.

Cuando Napoleón decidió enviar a sus tropas a Rusia, no pudo evitar que cayesen en las redes de un frío tan punzante como peligroso. Hitler siguió sus pasos, intentando buscar el milagro, y se terminó encontrando con el mismo resultado. Además de ellos, en la subida al Everest se han encontrado casos de esta misma índole, así como en catástrofes como la de Titanic. Es por esto por lo que el resto de seres humanos prefieren no arriesgarse a correr dichos riesgos, ni siquiera a mantenerse en ciertos lugares en los que las temperaturas son duras.

Pero el trailero es distinto, es un ser diferente al resto, y a él no le importa en absoluto jugar con fuego. Bueno, en este caso, con hielo. No tiene problema alguno a la hora de salir a romper con lo establecido y buscar nuevos retos que cree que será capaz de superar.

Málaga posee zonas perfectas para este tipo de retos, para esta forma de correr riesgos, y también para que el mundo se complique un poco más de lo que ya se ha complicado hasta el momento. Y es que, aunque creamos que la hipotermia no puede estar presente en nuestro cuerpo porque nos alimentamos de manera espléndida, porque entrenamos como nadie, porque somos auténticos jabalíes, no hay que confiarse.

¿Qué tipos de hipotermia tenemos?

Una hipotermia leve puede desarrollarse en nuestro cuerpo si bajamos de una temperatura de 35 grados. Esto es sumamente sencillo, tanto de que ocurra, como de comprobar que está sucediendo. Algunos de sus síntomas pueden ser los temblores musculares, confusión mental, torpeza al moverse, manos entumecidas, aumento de la frecuencia cardíaca o tener piel de gallina. La forma más sencilla de comprobar es intentando juntar el dedo meñique con el pulgar.

En cualquier caso, no solo tenemos que tener en cuenta el momento en el que ya se ha producido, sino también los momentos previos, para así sanarla lo antes posible. Podemos padecer una hipotermia gradual en caso de que no hayamos elegido adecuadamente la ropa con la que hemos salido a correr, o simplemente porque la lluvia o el viento nos han regalado su presencia.

Otro de los ejemplos de hipotermia podría ser la conocida como Hipotermia Silenciosa, la cual puede aparecer por exceso de sudor en nuestro cuerpo o por la caída del agua. Es más común entre los triatletas, los surfistas, los buzos, etc., pero perfectamente puede estar presente en cualquiera de nuestras salidas.

¿Qué no hacer cuando ocurra?

Uno de los aspectos más comunes entre los humanos es desesperarse en situaciones de gravedad. Si en alguna carrera existe un problema de este estilo, o simplemente en una salida nos encontramos con alguien que ha sido víctima de hipotermia, debemos tener presente dos aspectos claves.

En primer lugar, no debemos usar calor directamente sobre el cuerpo de la persona, pues podría quemar su superficie y causar daños graves. Lo ideal es hidratarlo con líquidos templados o bebidas dulces, pero cuando haya pasado cierto tiempo y el individuo esté consciente.

Además de lo comentado, hay que tener en cuenta siempre es recomendable avisar a emergencias, y no intentar valerse por sí mismo. En el transcurso del tiempo en el que la ambulancia o los servicios lleguen, se debe mantener a la víctima cubierta con mantas, y, claramente, sin la ropa que ha sido mojada y que está provocando la hipotermia.

¿Cómo prevenir este tipo de situaciones?

Obviamente, todo ello puede ser previsto antes de que suceda. Podemos evitar este tipo de accidentes deportivos y de la vida cotidiana si somos previsores con nuestro atuendo y nuestros accesorios para correr. Generalmente, en las carreras se exigen ciertas reglas que se deben cumplir a rajatabla si uno quiere participar, pero en los entrenamientos, al no haberlas, parece ser que no son necesarias.

Prevenir antes que curar es lo que siempre debe tener presente un trailero. Por ello, nunca puede faltar en nuestro conjunto para salir una serie de puntos.

Proteger el rostro y el cuello, así como la cabeza. Es importante tener cubierta las zonas más propensas al frío. Los buffs son la mejor forma de prevenir este tipo de pequeñas hipotermias que pueden tener lugar en nuestra cara, y que todos hemos padecido alguna que otra vez.

Confiar en las tres capas. La teoría de portar tres capas cuando uno se decide a salir a correr no es un capricho. Una camiseta térmica, una de manga corta o larga, y un cortavientos o chaqueta de poco peso, es lo ideal para saltar al ruedo sin riesgo de llevarse sorpresas inadecuadas.

Llevar manta, agua y comida. No hay que escatimar a la hora de llenar nuestra mochila para salir a correr. Siempre debemos tener presente que llevar una manta térmica es la clave para no caer en hipotermia en caso de que nos caigamos al suelo o tengamos un accidente que nos prive de volver de forma normal. Otros aspectos que son dignos de mencionar son la hidratación y la alimentación. Llevar cierta cantidad de agua y barritas energéticas, geles o frutos secos puede suponer la diferencia entre una salida perfecta o un día para olvidar.

(Aportación del redactor)-Vestirse por los pies. Siempre que me dispongo a correr me visto por los pies. Elijo unos calcetines normales, de los que todos utilizaríamos cada día, y, encima de ellos, coloco unos especializados para correr por montaña o asfalto. De esta forma, el pie amortigua mucho más, y además se mantiene caliente en situaciones de bajas temperaturas.

Junto a ello, elijo tenis con la tecnología Gore-Tex, que permiten tener siempre el pie seco y a salvo de posibles descuidos al pisar charcos o barro. También uso mallas debajo de pantalones cortos, para así evitar que la zona del cuádriceps se enfríe en exceso.