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(María Damiani) ¡Cuántas veces el temor invade la vida!

Básicamente, las personas sienten miedo cada vez que se enfrentan a una nueva situación. Temor al fracaso, al abandono, a ser despedido del trabajo, temor al futuro, a volar…La lista parece interminable.

 

Un mecanismo que tiende a potenciar los miedos es la información negativa sobre alguna situación. Vivir en un ambiente de miedo afecta inevitablemente el estado de ánimo, la calidad de vida y, por consiguiente, la salud.

 

¿Pero, de dónde viene y cómo se puede superar el temor?

 

El temor surge de un sentido falso de lo que es real y se puede superar comprendiendo que nuestra esencia es totalmente espiritual por estar unida a la consciencia todo-amorosa, la Mente Divina. No hay espacio ni momento en que la omnipresencia del Amor no se manifieste y el temor se aleja cuando se llega a la compresión de que cada uno de nosotros vive en ese Amor.

 

El licenciado argentino Pablo López, del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y Coordinador de Posgrados del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, considera pensar en la importancia de distinguir entre posibilidad y probabilidad. Además, asegura que hay recursos y maneras para no «hacernos mal» con nuestros pensamientos, cuando el temor pretende atormentar.

 

Este concepto lleva a valorar la importancia en la forma de pensar. En ocasiones, los pensamientos conducen a magnificar diferentes situaciones que se presentan y a imaginar lo que no es. Nos preguntamos y nos respondemos nosotros mismos.

 

Una manera de acallar estas incesantes preguntas y respuestas es reconociendo el origen de los miedos. Hay personas que no logran viajar, ni disfrutar de la vida en plenitud sin ningún aparente motivo. Otras suelen ocultar los temores con adicciones para suprimir la emoción. La mayoría de los miedos tienden a no tener ninguna explicación y seguramente no conducen al desarrollo personal ni al éxito.

 

En una etapa de mi vida, me sentí paralizada por temores infundados que me acosaban y pretendían destruir mi estabilidad interior. Sentía pánico de salir a la calle, estudiar y viajar. Lo único que me ayudó y me resultó beneficioso fue reemplazar el temor, la preocupación y la duda con la confianza en el poder divino del Amor. Haciendo esto con constancia, pude visualizar una nueva perspectiva espiritual en mi vida, y en poco tiempo llegué a un camino de oportunidades y aprendizajes. De esta manera me sentí cada vez más segura y reconfortada.

 

Jesús enseñó a sus discípulos a combatir el temor y la turbación con la fe y la paz que provienen de la confianza plena en el Amor.

 

Superar el temor es posible si te enfocas en cultivar la espiritualidad, alineando los pensamientos con la alegría, la esperanza, la fe y la compasión. Esto te ayudará a liberarte de patrones mentales y de falsas creencias y podrás apaciguar el ruido de tu mente, de pensamientos negativos y obtener un profundo sentimiento de calma interior. Esa quietud mental permite escuchar al corazón y percibir nuestra verdadera esencia.

 

Si hay algo que impulsa la forma de pensar y actuar es el Amor. Aceptar la posibilidad de unirse a ese poder dulce y transformador proporciona un estado de conciencia, en el cual se encuentra el camino hacia el Amor; y ese Amor divino te llenará de gozo.

 

María Damiani escribe acerca de la salud y el bienestar desde una perspectiva espiritual y es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en España. Email: spain@compub.org Twitter: @compubespana