(Antonio Serrano Santos)

( “ …porque el tiempo está cercano. El que es injusto continúe aún en su injusticia, el torpe prosiga en sus torpezas, el justo practique aún su justicia y el santo santifíquese más. He aquí que vengo pronto, y conmigo mi recompensa, dar a cada uno según sus obras”.  (Apocalipsis, 22,11-12)

Este artículo respeta las opiniones de los que no tienen fe y sólo expone, desde la fe, unas reflexiones que podrían interesar a todos.

La paciencia de Dios con los malvados es inexplicable para nosotros, los humanos. ¿ Por qué permite Dios estas cosas”, se suele decir. Pero el creyente no dice ¿por qué Dios quiere estas cosas? Querer la maldad, en Dios, supone maldad y entonces no sería Dios. Sólo que no sabemos por qué. Nos fiamos de Dios. Y sí decimos: “ Dios sabrá por qué”. Eso o la nada, el absurdo, el sin sentido de las cosas que ocurren en la vida, desde las mayores atrocidades, como el terrorismo que estamos viviendo, y el de todos los tiempos, como cizaña, en  todas las ideologías, en todos los países y en el mismo ser humano, hasta las mayores heroicidades de amor, de solidaridad,que también se dan en todos los tiempos,en todas las ideologías, en todos los países y en  el ser humano.

El tiempo de Dios no es el tiempo de los hombres. Dice Dios al hombre, justo o pecador: “ Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia contigo”. Dios ama todo lo que ha creado, si no, no lo hubiera creado. ¿Pero, y si Dios no existe? Exigimos que se manifieste, que haga algo para que creamos. No nos basta ni nos convence su aparición en la Historia como hombre-Dios,Jesús. Ni su amor hasta la participación en nuestros dolores y alegrías y en nuestra muerte. Ni su promesa y ejemplo de resurrección y vida eterna. No. A veces, hasta lo desafiamos. Como aquel que hablando con su amigo le propuso: “ Mira, si Dios existe, que me quite la vida ahora mismo. Son las doce y media”. Pasó la hora y no ocurrió nada.  “¿ Ves?- dijo- No existe”. Pasaron los años y le llegó su hora. Llamó a su amigo, testigo de su reto a Dios.- “ Querido amigo- dijo- ya ves, sigo vivo y Dios, nada”. El otro respondió:” Es que tu hora no era la hora de Dios”. Dios no acepta desafíos ni es vengativo. Tanto nos quiere como sus criaturas que somos, que espera su hora, no la nuestra. “ Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva”. “ Quiere que todos los hombres se conviertan y lleguen al conocimiento de la verdad”.

Porque mil años, para Dios, es como un día, y un día, como mil años. No le importa lo que hemos sido, sino lo que somos. Ejemplo: Dimas, el “ buen ladrón”, toda una vida de bandido   y asesino,  y bastó un momento de arrepentimiento, de reconocer su mala vida, reconocer al inocente, pedirle que se acuerde de él, no más, y encontró la respuesta de inmediato: “ Te lo aseguro (juramento en hebreo): hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Hoy, conmigo.

El terrible misterio de la maldad del terrorista, sobre todo, del joven terrorista a quien han envenenado con esa maldad, más fácilmente por ser joven¿ quién lo comprende? Como la maldad en el corazón de cualquier ser humano. Más inexplicable cuando el malvado ha recibido toda clase de muestras de amor. Jesús le dice a Judas, cuando lo besa en medio de la oscuridad, para que los que venían a prenderle superan quién es: “ Judas, amigo,¿ con un beso  me entregas?”. Con un beso. La señal de la más tierna expresión de amor, más espiritual que sensual, es la traidora respuesta a tanto amor. ¿Por qué? ¿Fue por dinero, treinta monedas de plata? ¿Fue por desencanto al no ver realizado el reino temporal que soñaba él como tantos, incluso sus compañeros discípulos? “ Después del bocado, dice Juan,  el discípulo amado,  entró en él Satanás. Era de noche”. De noche en el alma de Judas. De noche en el alma de todo corazón que ha decidido hacer el mal. “ Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas”. Palabras de Jesús en su prendimiento. La hora de la maldad y el poder de las tinieblas. La hora de siglos de maldad, de odios, de muertes,de inocencias arrancadas, violaciones, guerras fratricidas, sin perdón ni misericordia. Las compuertas del infierno se han abierto y la tierra es invadida por los maléficos depredadores de almas y cuerpos. Como dijo San Juan Pablo II: Estamos viviendo los signos del Apocalipsis”

Según estas palabras, existe un poder de las tinieblas. Un espíritu maligno, esencialmente maligno, y como espíritu,como ángel, caído, invisible (nada de cuernos y rabo ni alas de ángeles, todo simbólico) y taimado, juega con la ventaja de no ser creído y así caza, como el Depredador que es, a los incautos y llega a invadir el corazón humano que, en un misterioso, pero real uso de su libertad, se deja penetrar, pervertir y busca pervertirlo todo.Como dice este Papa: “ Cuidado con el demonio. Nunca se cansa”. Ya San Pedro lo advierte, recordando lo que le dijo su Maestro: “ Simón, el Diablo ha pedido cribaros como el trigo. Yo he rogado por ti para que tu fe no decaiga. Y tú, cuando te conviertas, confirma en la fe a tus hermanos”. Por eso dice Pedro, escarmentado: “ Sed sobrios y vigilad, porque el Diablo, vuestro enemigo, anda a vuestro alrededor, como león rugiente, buscando a quien poder devorar. Resistidle, firmes, en la fe”. No se explica de otro modo que el hombre llegue, tantas veces, a recrearse en la maldad por la maldad, sin otro motivo que la misma maldad. La historia pasada y presente está llena de estas horribles realidades.

“ Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas”. Busquemos explicación política, social, educativa, económica, psicológica…El Espíritu del mal y el libre albedrío humano, ésa es la razón, la explicación.¿ Qué otra puede haber?  Dios no puede, así de claro, dejar al hombre sin libertad. Así lo creó, en la aventura y mérito de ser y de hacerse creador como él, a su imagen y semejanza.Motivo de orgullo y de agradecimiento. Capaz de llegar a las estrellas, cambiar el rumbo de la Historia, creador de una tecnología y biotecnología que parece no tener límites, procreador de la vida humana y osado aventurero de crear vida en desafío y sustitución, a veces, de Dios. Se ha tomado en serio lo de” No moriréis. Seréis como Dios”. No hizo robots. Es su gloria, su miseria y su grandeza. Y su responsabilidad. Y tiene que enfrentarse, con su libertad, al Poder, del Ángel de las tinieblas. Pero se opone a él  el Espíritu de luz, el Espíritu Santo de Dios,que vencerá a las tinieblas y lo está venciendo, llegando al fondo del corazón humano con la también misteriosa bondad que hace santos y amigos de Dios y de los hombres. Es la lucha silenciosa de luz y tinieblas en el alma del hombre.  Dios ha prometido, con el modelo, histórico y real, de Jesús, la victoria final. Y dirá a los vencedores : “ Esta es vuestra hora y el Poder de la Luz”. El Príncipe de este mundo, el Ángel de las tinieblas, ha sido vencido. “ Vi una muchedumbre grande, que nadie podía contar, de toda nación,tribu, pueblo y lengua…vestidos de túnicas blancas y con palmas en sus manos ¿Quiénes son éstos que visten blancas vestiduras y de dónde vinieron?- Éstos son los que vienen de la gran tribulación. Los que han lavado sus vestidos en la sangre del Cordero”. (Apocalipsis, 7, 9-13-15)