alvaro_cunqueiro_efe19690116_383162g-jpg_1306973099(jmm caminero) ¿Qué nos dice una persona o un escritor del alma humana? ¿De la carne humana, de la psique-mente humana, del alma humana, de la sociedad humana, de la naturaleza humana y no humana, de la cultura…? ¿Qué nos dice Cunqueiro de lo más profundo del ser, entre lo real y lo imaginario, entre lo consciente e inconsciente, entre el yo y el no yo…? ¿Qué nos dice de él, qué nos dice de nosotros mismos, qué dirá dentro de cien años…?
Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911, Vigo, 1981).
Es imposible en mil palabras sintetizar la existencia de ningún ser humano, algo de sus hechos, algo de sus ideas, algo de su mensaje, algo de su legado. Pero pienso que es aún más difícil a un escritor, y más a un escritor, diríamos de “raza” como es Cunqueiro, pero en su honor, en forma de homenaje, en forma de testimonio quisiera entresacar algunas ideas-preguntas-comentarios-elogios entre otras muchas posibles:
– ¿Qué es más real en un escritor, su vida o sus escritos o el personaje que puede crear o crearse de él o ella misma o sus frases…?
Quizás un escritor o escritora, si tiene una profunda vocación para ello, antes que escritor es observador y pensador y meditador y reflexionador, de dentro y de fuera, y después de todo ese trabajo, algo de todo ello lo plasma sea en escritura-literatura-filosofía, sea un escritor o en música si es un compositor, o en colores-formas si es un artista plástico.
– ¿Pero todo el mundo tiene el valor, se sea escritor o no, se sea un escritor con talento o mediocre de intentar llegar al fondo de su carne, al fondo de su mente, al fondo de su alma? ¿Al fondo de la carne, mente, alma de su época o de su sociedad-cultura…?
Al menos intentarlo. Intentarlo con el mayor grado de realidad, veracidad, verdad, bondad, belleza, utilidad.
Al fondo de uno mismo, que es no solo uno mismo, el del escritor, sino el de todos.
A mi modo de ver Cunqueiro será tomado en el futuro como egregio, genio, talentoso, notable o la categoría que los siglos le impongan en letras de oro o de plata o de platino o de hierro o de plástico, Cunqueiro es y ha llegado a ese fondo. En ese mar interior que se pierden la mayoría de las personas, y posiblemente también Cunqueiro.
Utilizando el mito, mitos antiguos, mitos modernos, mitos gallegos. En definitiva el mito son solo palabras que vienen del fondo, como de alguna manera Freud diría.
– Dudar no solo de sí, sino dudar de la verificación-verdad-necesidad de la literatura. Pero la literatura son palabras. Al final, las grandes ideologías, científicas o filosóficas o religiosas o artísticas que son sino palabras.
Es decir, nos guste o no, creemos que nuestras vidas están montadas sobre cosas y hechos y artilugios, y es cierto, pero están formadas y conformadas como torres de palabras, ideas que son palabras, conceptos que son palabras y multitud de interrelaciones entre ellos y entre ellas. Somos palabras. Que a su vez suelen ser imágenes de realidades, internas o externas. Eso es lo que nos dice, entre otras cosas, y entre otras interpretaciones, que también son palabras, pero este modesto escribidor-escribiente al ver el Don Hamlet de Cunqueiro.
– Sorbes-absorbes un líquido, degustas-comes una vianda. Qué es lo que te dice en el fondo. Sino que de alguna manera es un ser asumiendo una parte de la realidad, por ojos-boca-estómago y convirtiéndose en energía para cerebro-carne. Es decir, el motor de cada ser vivo y viviente. De usted y de mí y de Cunqueiro también.
Las palabras de un escritor consuelan, por lo general, a otros escritores. Incluso sus biografías, sus luchas-dialécticas con la realidad externa e interna. En definitiva, alcanza un poco sosiego.
¿Por qué escribe un escritor de un infinito e ilimitado mundo desconocido? Todos indican opiniones, pero ni ellos, ni ellas mismas saben el por qué… desde que te amen de García Márquez, a cambiar el mundo, a encontrar una nueva estética, a olvidar una idea para alcanzar otra, para servir un poco de sosiego a la sociedad-humanidad, quizás presente, quizás futura…
– Todo es imaginación, porque todo es real. Todo lo real es imaginación, porque todo tiene algo de imaginación.
Al final la imaginación, ¡qué es! ¡Sino un modo de colocarse las interrelaciones neuronales, que todavía no hemos descubierto totalmente ese mundo o mar ilimitado para nosotros mismos…
Dudar es afirmar, afirmar es dudar, afirmar es negar, negar es afirmar. Y en todo ese juego. Solo se puede expresar con las artes, sean de sonido o palabras o colores. Al final, es una forma de engañarse a sí mismo, para encontrarse a sí mismo, desencontrarse a sí mismo, para acertarse a sí mismo.
Da lo mismo el tema o el estilo o la oratoria o la erudición lo que importa es lo que no importa. La palabra no es la palabra sino un puente o un túnel que nos lleva a otro lado. Lo difícil es que lo entiendas, te entiendas a ti mismo.
Da lo mismo tengas millones de copias de tus escritos, y te otorguen el Nobel o te nieguen el pan y la sal y la tierra y el azúcar, si eres un escritor-escritora de esencia, solo puedes hacer una cosa, irte muriendo-renaciendo-naciendo con las imágenes-símbolos-signos-metáforas que hayas escogido, o te hayan escogido a ti. Llevas un misterio que no sabes cómo intentar que no te devore.
– Viajar en el tiempo, viajar en el tiempo sin moverse del lugar, es decir, viajar con trozos de realidad exterior y con trozos de realidad interior. Todo es real porque es imaginación, todo es imaginación porque es real, y al final, lo cristalizamos en palabras o en fórmulas. Solo hacemos eso. Desde que hace dos millones de años existimos, pasando por diversas especies, y docenas de miles de generaciones, solo hemos hecho eso, nada más que crear palabras, crear símbolos. Para entendernos en nosotros mismos, entendernos en el mundo.
– En definitiva el grave problema, qué es lo que está dentro y qué es lo que está fuera, y lo que está dentro-fuera y fuera-dentro. Siempre volvemos al misterio y al enigma humano, quizás habría que decirlo de toda o cualquier realidad, individual o colectiva, natural o creada, terráquea o sobrenatural, energía o materia, forma o contenido…
– Merlín es Cunqueiro, y de alguna manera todos somos-estamos-seremos o hemos sido algo de Merlín Cunqueiro… Porque al final, lo que nos narra algo de la realidad exterior, y algo de alguna de las posiciones mentales o psicomentales del interior. Algo muy profundo de dentro para explicarnos algo muy profundo de fuerza. El juego eterno de los espejos entre dentro-fuera y fuera-dentro.
Todo esto y todo eso y todo lo demás es Cunqueiro. Pero estas notas, no son nada para lo que indica una página suya, una conversación-entrevista con él, unos versos suyos. Cunqueiro es Cunqueiro porque es algo de ti, algo de todos los seres humanos. Ha descubierto, sin darse cuenta o dándose cuenta un pequeño mundo, un trozo de la isla o continente que somos. Mi homenaje y me quito mi sombrero imaginario. Vaya estas palabras para que no se olvide su nombre, ni su legado en el mundo, en el micromundo y en el macromundo.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (10 septiembre-01 octubre 2016 cr).
Fin artículo 648º: “Solitarios: Álvaro Cunqueiro”.