El trono, portado por mujeres, desfiló por la barriada en un cortejo que estrenaba dos ciriales y dos bocinas. La agrupación de la Santa Vera-Cruz de Alhaurín el Grande y la Banda Municipal pusieron la música. La capilla de la patrona ha sido objeto de diversas mejoras
27/07/2016.-

La Alquería puso anoche fin a cuatro días de fiesta con la multitudinaria procesión de su patrona, Santa Ana, por las calles de esta barriada rural de Alhaurín de la Torre. Fue, como es habitual, un acto muy concurrido, en el que se dieron cita no solo los vecinos de este núcleo, sino también numerosos vecinos del municipio y de otras localidades cercanas como Alhaurín el Grande. Los actos comenzaron en torno a las ocho de la tarde, con la habitual misa en honor de Santa Ana. Hay que reseñar que este año los Servicios Operativos habían acometido una serie de mejoras en la capilla, destacando la colocación de un zócalo de madera.
A la cita acudió una representación de la Corporación Municipal, incluido el alcalde, Joaquín Villanova, junto con los responsables de la Asociación de Vecinos de La Alquería, que preside José Manuel Gallego, y de la Hermandad de Santa Ana, cuyo hermano mayor es Francisco Sánchez. Sobre las nueve de la noche, tuvo lugar la entrada de las bandas que se encargaron de poner la música: la Agrupación Músico-Cultural de la Santa Vera-Cruz de Alhaurín el Grande y la Banda Municipal de Música de Alhaurín de la Torre. Ambas acompañaron a la patrona durante todo el recorrido de la procesión, que se inició sobre las nueve de la noche.
El trono, portado por mujeres de diferentes edades, la mayoría de ellas llamadas Ana y residentes en La Alquería y otras zonas de Alhaurín de la Torre, recorrió el itinerario arropado por los vecinos y en un cortejo que estrenaba además dos ciriales y dos bocinas. Junto a las bandas y a las autoridades, también desfilaron las reinas y damas infantiles y juveniles, elegidas durante el fin de semana. Numerosas familias con hijos acudieron a presenciar el desfile, en una noche muy agradable, en la que el tiempo acompañó, y donde no faltaron los cánticos y las exclamaciones en honor de la patrona, abuela de Jesús en la tradición religiosa cristiana. La procesión terminó como es habitual en la Caseta Oficial, donde el trono fue recibido por una petalada entre la ovación y los aplausos de los presentes.