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(Román Serra Luque) Seamos realistas y dejemos de rizar el rizo. La repetición de elecciones cuyo coste a cargo del bolsillo de los ciudadanos tiene un culpable claro, dejemos de excusar y divagar; el culpable de los más de 130 millones extra que costarán los comicios del próximo domingo es Podemos por no haber apoyado a un gobierno de cambio liderado por el PSOE, quien fuera la segunda fuerza más votada en nuestro país. Por mucho que digan que Ciudadanos es de derechas, era imposible alcanzar un acuerdo de gobierno estable sin contar con el partido de Rivera, que aunque defienda políticas neoliberales incompatibles con la izquierda, cuenta con numerosos puntos de convergencia en los que tanto Podemos como PSOE podrían haberse puesto de acuerdo como han hecho en algunas comunidades autónomas y en importantes ayuntamientos de España.
Eran medidas absolutamente asumibles o al menos, discutibles en una mesa de diálogo de la cual se levantaron por razones de puro partidismo tradicional, ese que tanto criticaba Iglesias antes de formar parte de la «casta«. Iglesias se dedicaba a regalar libros de baloncesto o a jugar con un bebé en el Congreso en vez de buscar puntos de encuentro para poder dar un gobierno de cambio a los españoles.

Iglesias se dedicó a hacer el paripé, a cambiar de ideología un día tras otro y a poner  zancadillas a todo el que se sentara a dialogar. En Podemos no respetan la democracia, y hemos podido comprobarlo en sus muchos círculos «asamblearios« en los que dimes, diretes y amaños han sido sus únicos puntos del día en cada acta. Basta ya de excusas, sean conscientes de que un PSOE débil no es bueno para la estabilidad de este país ni tampoco sería útil a la hora de volver a intentar formar un gobierno de cambio. Si Unidos Podemos adelantaran al PSOE en número de votos a costa de restar le votos directos será simplemente un intercambio de papeletas con final dramático para una izquierda que además de estar muy dividida lleva tiempo sin proyecto económico viable y próspero.
Una izquierda  que de ir a restarse votos entre sus diferentes opciones políticas no sumará lo suficiente ni alcanzará esa mayoría parlamentaria ideal para formar gobierno.  Si Podemos es incapaz de restar importantes votos al PP, jamás llegará a ser una alternativa de gobierno clara. Las elecciones y así lo han explicado destacados sociólogos, no se disputan desde los extremos sino desde el centro del espectro político; unos tres millones de votantes que se decantan por uno u otro partido el día de las elecciones.
Dejen por tanto, de caer en las tentaciones de unos cuantos vendedores de humo que nunca aportaron soluciones a los problemas y que tan solo, divagan en un desierto de ideas cuyos únicos brotes verdes son promesas de ayudas públicas sin un sistema sólido ni un mercado laboral creciente que los riegue,  financie y sustente.