(PSOE) El anteproyecto de Ley de Gallardón nos deja a las mujeres en el papel de un mero recipiente sin derechos. Supone un retroceso en los derechos conquistados y no estamos dispuestas a ceder en esto ni un ápice. Se acabó. Hasta aquí hemos llegado.   Primero la ley de dependencia dinamitada, luego desmantelando la ley de violencia de género y poniendo trabas para educar en salud sexual y prevención. Y ahora la reforma de una ley que funciona perfectamente y es completamente justa y adecuada a nuestra sociedad.   La nueva ley que pretende imponernos el ministro Gallardón se reduce a dos supuestos: la violación y el peligro de salud física y psíquica en la mujer. La letra pequeña de todo esto hace que sea casi imposible que una mujer pueda llegar a poner fin legal a su embarazo no deseado. En el caso de violación se le exigirá a la mujer que haya presentado denuncia, cuestión que  se complica si miramos los estudios que versan sobre este tema y nos revelan que la mayoría de las violaciones no se denuncian por mil razones diferentes. En el caso de presentar el embarazo algún tipo de riesgo sobre la salud de la mujer, se necesitará el informe de dos médicos que no pertenezcan a la clínica donde se realizaría la intervención. Todo esto pasando antes por el médico de familia y una charla informativa sobre las alternativas al aborto, seguida de una semana de reflexión.   Se trata en todos los casos de trabas y más trabas para que la mujer pueda decidir y hacer lo que quiera con su cuerpo y su vida, puesto que todo ello lleva una sería de plazos consigo, se hace imposible llevar a cabo la voluntad de la mujer.   Esta reforma va contra las mujeres y ahonda en la brecha de desigualdad de clases sociales, puesto que las mujeres que se vean en la situación de querer abortar y dispongan de medios económicos, lo harán en el extranjero. En cambio, las que no, que cada vez serán más, deberán aguantarse con lo que les ha tocado.   Desde el PSOE no estamos dispuestos a pasar por alto esta barbarie. Nos parece una ley misógina, machista, de ideología radical, nacida para contentar a un grupo de fanáticos fascistas católicos, ya que la mayor parte de la comunidad católica está en contra.   No vamos a parar hasta que nos oigan y frenen esta ley. Abogamos por continuar con la Ley de plazos de 2010, que dejaba solo en manos de la mujer el derecho a decidir, en un marco temporal lógico y consensuado por especialistas en la materia. Es su oportunidad, señor Alcalde-Diputado, no vote esta ley en el Congreso. Escuche a la sociedad, escuche a las mujeres que le rodean, piense que le puede pasar a cualquier alhaurina.